Vivir en la MONTARINA
Hace dos meses me llegaba una foto al celular con un mate en primer plano, la casa de mis padres en segundo y, por último, el cielo color damasco de los atardeceres de Unquillo. Faltaban dos horas para terminar mi repentina vuelta de África, donde estaba actuando en una película española, para llegar a “La Montarina”, lugar donde fui criada.
Este momento inédito que estamos viviendo me ha obligado a pensar, pensar y repensar en mis actos, en mí. No me replanteé mi nombre y mi apellido porque estoy segura de que es el correcto. ¿Cómo ayudar en este momento? ¿Qué información quiero dejar entrar en mi cuerpo? ¿Qué deseos quiero atender? Volver al lugar de mi inicio me ha conectado con mi infancia y la naturaleza. Como brote de este encuentro surgieron dos proyectos.
“Unquillo Amor”. Así se llama el pueblo donde viven mis padres. Consiste en promocionar diferentes pymes mediante mi cuenta de Instagram a través de un video editado por Olivia, mi hermana. El productor auspicia brevemente su producto/
servicio y su nueva metodología de venta. Asimismo, el espectador puede captar el espíritu de la región, elegida por artistas y amantes de la naturaleza, convocando al turismo una vez que pase la pandemia.
Algo pendiente eran mis ganas de trabajar con niños. “Experimento” es un espacio para que el adolescente o niño, según la edad, esté en contacto con su propia forma creativa mediante ejercicios del teatro y baile, interactuando con chicas y chicos de diferentes ciudades, brindándoles la posibilidad de generar nuevos vínculos utilizando la plataforma de Zoom.
Después de 14 años nunca había estado tanto tiempo en familia. A los 17 me mudé a Buenos Aires, siempre volví de visita. Ya llevo dos meses y medio viviendo entre montañas. Es como si me hubiera reencarnado en una vida parecida a la del pasado, mismos vínculos, otros aprendizajes.
mirada”.·JUSTINA
En estos momentos me viene a la mente el poema de Alejandra Pizarnik: “Ahora en esta hora inocente yo y la que fui nos sentamos en el umbral de mi