J JOSÉ LUIS PERALES CAMBIO DE PIEL
La imagen de Marc Anthony entonando Y cómo es él con José Luis Perales en un tête-àtête sobre la Quinta Vergara recorrió las pantallas de Latinoamérica. “Es un tema suyo maestro”, dijo con respeto el puertorriqueño al cantautor español —quien era jurado en la edición 2012 del festival viñamarino—, antes de invitarlo a subir al escenario para interpretar juntos el hit. “¡Qué honor, Diosito mío!”, exclamó el boricua al terminar.
Y no fue zalamería del ídolo de la salsa. El astro ibérico es referente indiscutido del cancionero hispanoamericano. Allí están clásicos como Un velero llamado libertad, Creo en ti o el pegajoso Por qué te vas. Temas que salieron de la voz de otros antes de que él decidiera ser protagonista frente al micrófono. Con 50 millones de discos vendidos, este artista regresa a Chile rejuvenecido.
A sus 71 años lo reversiona el grupo indie español Elefantes, en Argentina los rockeros le realizan un concierto homenaje y el 23 de este mes aterriza en el Movistar Arena para presentar su nuevo disco Calma, donde aparecen sorpresivos sonidos nuevos.
—En este álbum trabaja con su hijo Pablo como productor.
—Habíamos hecho algo antes y me acompañaba en giras, pero todavía no terminaba sus estudios de produccción y arreglos (musicales) en Berkeley. Me sorprendió bastante todo lo que aprendió y ¡ha hecho un disco maravilloso!
—¿Cómo fue el ánimo en el estudio?
—Una experiencia nueva porque nunca había tenido un productor tan exigente.
Eternamente romántico, el cantautor español regresa a Chile el 23 de este mes para realizar un masivo show en el Movistar Arena. Un espectáculo que incluirá sus éxitos y también temas de su nuevo disco Calma, que sorprendió a la crítica por incluir sonidos nuevos en su cancionero.
—¿Fue permeable a las sugerencias de su hijo? El cuenta que sus referentes musicales son Bon Iver, Bruce Springsteen...
—En un inicio también pensé que eran muy lejanos, sin embargo, no lo han sido. Realizar este disco con Pablo ha significado un hallazgo. A veces no imaginas que una canción puede tener ritmo de rock. En cambio, él lo ve. Y cuando ahora lo canto me siento como pez en el agua.
—¿Y el sello personal?
—Las canciones siguen siendo Perales. Si se hubieran hecho con los anteriores arreglos, posiblemente no tendrían demasiado de novedo- sas. En este caso el disco ha sorprendido mucho a los críticos. Lo curioso es que algunos de ellos nunca se habían ocupado antes de mi música. Y, de repente, han descubierto algo que no sabían que yo podía hacer: cantar en estos ritmos.
—¿Cómo mantiene el romanticismo e ingenuidad en una España convulsionada?
—Uno es como es y no puede cambiar. Me siguen sorprendiendo cosas y observo a la gente. Todo eso encierra una gran ternura y filosofía de vida. Esas personas son las que me están generando los temas. Y son inagotables.
—¿El romanticismo es más difícil en tiempos del reggaetón?
—No creas. Yo no sé hacer reggaetón. Sin embargo, la música indie es igual de contemporánea y varios grupos están revitalizando algunos de mis temas. Con exponentes de mi generación hemos hecho historia en la música; llámense Joan Manuel Serrat, Víctor Manuel o Alberto Cortez. Hemos dejado algunas canciones que los más modernos adoran y de nuevo las ponen de moda.