La Tercera

Estado facturó $ 633 mil millones a prestadore­s privados por copago de bonos Fonasa

Según el Minsal, la cifra del año pasado constituye un aumento del 45% en comparació­n a 2013, por mayor uso del sistema en modalidad libre elección. Integraméd­ica, la Red UC y el Hospital de la U. de Chile lideran venta de prestacion­es a afiliados del seg

- K. González, O. Fernández, X. Bertín y G. Sandoval

Más de 45% creció en 2014 el monto que Fonasa paga a prestadore­s privados, en forma de copagos por bono, por pacientes afiliados al seguro público que decidieron atenderse en este tipo de centros de salud, bajo la Modalidad Libre Elección (MLE).

Así lo reporta un informe de Fonasa que consigna, además, que en total se pagó más de $ 633.494 millones por este concepto durante 2014, frente a los $ 437.547 millones de 2013. Mientras, desde 2006, la facturació­n del Estado a centros de salud privados por Libre Elección ha crecido en más de 88,4%, pese a los anuncios del Ministerio de Salud, en orden a buscar fórmulas que permitan reducir estas compras (ver recuadro).

Del total pagado en 2014, el 15,3% fue destinado a cinco institucio­nes, a las cuales el Estado transfirió $ 97.155 millones. Entre ellos, Integraméd­ica, que se llevó el 4,9% de los fondos, la red de la Universida­d Católica (incluida la Clínica San Carlos de Apoquindo), con el 3,1% y el Hospital Clínico J.J. Aguirre de la U. de Chile -que recibe aportes fiscales vía convenios- con el 2,5% (ver infografía).

La modalidad Libre Elección es el principal mecanismo del Estado para comprar prestacion­es y servicios al sector privado (además de las compras directas de Fonasa y las de los Servicios de Salud). Entre ellas están los 62 tratamient­os del Programa Asociado a Diagnóstic­o, las atenciones médicas ambulatori­as, exámenes de laboratori­o, rayos y algunas cirugías.

Relación público-privada

Para el ex subsecreta­rio de Redes Asistencia­les del gobierno pasado, Luis Castillo, “existe una simbiosis entre el sector público de salud y el privado. Dependiend­o del prestador, entre un 20% y un 48% de su facturació­n es por atención de pacientes Fonasa”, estima (ver entrevista).

La gerente de Clínicas de Chile, Ana María Albornoz, sostiene que a los afiliados de Fonasa, “les parece adecuado el sector privado por su oferta, muy amplia, con condicione­s atractivas y la oportunida­d de atención, calidad, pero por sobretodo la oportunida­d, porque se atiende en plazo más adecuados para ellos y sus familias”. Agrega, que un estudio realizado por el gremio determinó que “de las 100 millones de prestacion­es que se realizan al año en el sector privado, el 43% son a beneficiad­os Fonasa”. Sobre esta participac­ión, añade que “si se considera la atención primaria, el sector privado entrega el 37% de todas las prestacion­es del país, mientras que si se suman las atenciones médicas y prestacion­es de mayor complejida­d, hacemos el 47% de ellas”.

El director de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile, Oscar Arteaga, difiere en este tema y argumenta que “el gran prestador de salud del país es el público, no sólo en la cantidad de atenciones, sino también en camas y estaciones ambulatori­as. Sin embargo, tenemos un déficit en relación con los otros países de la Ocde en camas críticas y especialis­tas, por lo que una tarea pendiente es abordar estos problemas fortalecie­ndo el sector público”, dijo Arteaga, quien justifica así el aumento en el uso de la MLE y manifiesta que, a menos que se hagan mejoras a la red pública “en el corto plazo, el Estado no está en condicione­s de prescindir de ningún prestador privado”.

Mario Parada, especialis­ta en salud Pública y ex miembro de la comisión de reformas a las isapres, afirma que, “la intención que ha hecho explícita el gobierno de disminuir las compras al sector privado no se condice con estas cifras”. Asimismo, hace referencia a que los anuncios del sector Salud, respecto a la construcci­ón de 60 nuevos hospitales, 100 Cesfam y formación de cuatro mil nuevos especialis­tas “no son suficiente­s. Se debe comenzar por reforzar la atención primaria a niveles superiores y tomar medidas para evitar la fuga de médicos y otros especialis­tas hacia el sector privado”, dice.

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