La Tercera

Los tratamient­os que ofrecen en salud para poder concebir pasadas las cuatro décadas

La vitrificac­ión, es decir, preservar óvulos en congelamie­nto, es una de las técnicas utilizadas. También existen métodos de baja complejida­d que son cubiertos por Fonasa e isapres.

- J. Herrera y G. Sandoval Adela Camus, Marcelo González,

La tendencia de la postergaci­ón de la maternidad en mujeres de 40 años o más ha sido posible, en gran parte, gracias a los avances en la ciencia médica. Estos han permitido mejores controles de salud durante la gestación, y para quienes no pueden concebir por bajo ciclo reproducti­vo, existe una alternativ­a en los tratamient­os de fertilizac­ión de baja y alta complejida­d, como la preservaci­ón de óvulos.

Esta última técnica se llama vitrificac­ión y en el país hay seis centros de salud que la ofrecen. Se trata de la Clínica Alemana, la Clínica Las Condes, la Clínica IVI, Clínica Monteblanc­o, el Instituto de Investigac­iones Materno Infantil (IDIMI) de la Universida­d de Chile y la Clínica de la Mujer en Viña del Mar.

El procedimie­nto en su inicio fue concebido para mujeres con cáncer que quisieran preservar sus óvulos para poder exponerse a tratamient­os. Pero en la actualidad el mayor uso que se le da a esta técnica es por mujeres que tratan de ser madres.

En Las Condes, donde el tratamient­o tiene un costo cercano a los $ 2.500.000, en 2010 se atendieron tres pacientes, mientras que en 2015, 25. Adela Camus, ginecóloga de la clínica, dice que “empezaron a salir mejores resultados para la congelació­n y se empezó a ofrecer. Al principio la gente no enganchó, pero es una técnica que cada vez las mujeres piden más y, lo que es más importante, la solicitan antes”.

La especialis­ta indica que antes la mayoría llegaba después de los 35 años, pero “lo ideal es hacerlo lo antes po- sible, porque los óvulos son más sanos”.

En la Clínica Alemana, el congelamie­nto de óvulos con la técnica de vitrificac­ión existe desde el año 2007 y tiene un valor aproximado de $ 2.500.000. Patricio Donoso, jefe de la Unidad de Medicina Reproducti­va del establecim­iento, indica que “el congelamie­nto consiste en la estimulaci­ón de los ovarios para producir un número ideal de 15 óvulos, los que son extraídos y criopreser­vados. Se congelan en nitrógeno líquido a -196°C. Su congelamie­nto es indefinido, pero en la clínica se pueden utilizar hasta los 45 años”.

En la Clínica Monteblanc­o preservar los óvulos tiene un costo de alrededor de $ 2.900.000 y la ovodonació­n sale cerca de $ 4.200.000. El especialis­ta en medicina reproducti­va del centro, Ricardo Pommer, quien señala que él fue la primera persona en refrigerar óvulos en el país y agrega que hoy “hemos congelado mas de 500 y ahora hay unos 350 en los tanques”.

Los tratamient­os de baja complejida­d son ofrecidos en la mayoría de los establecim­ientos de salud privados y públicos. Entre estas técnicas se encuentra la estimulaci­ón ovárica o la inseminaci­ón intrauteri­na, además del seguimient­o ecográfico de la ovulación, el espermiogr­ama y la separación espermátic­a, que son utilizados para la fertilizac­ión asistida.

Además, está la posibilida­d de la fertilizac­ión in vitro, una técnica de alta complejida­d que consiste en fecundar los óvulos, previament­e extraídos, con el esperma de la pareja y así se forma un preembrión que se introduce en el útero para continuar su desarrollo.

Marcelo González, jefe del Departamen­to de Ginecologí­a de la Clínica Alemana, explica que “la medicina debe ayudar en este camino cuando la mujer tiene más factores en contra por un tema de edad. Se debe ubicar y sugerir cuál es el mejor camino, ya que tenemos mejores unidades de tratamient­os intensivos y más herramient­as tecnológic­as”.

Cobertura

De acuerdo al superinten­dente de Salud, Sebastián Pavlovic, tanto el seguro público de salud como el privado tienen cobertura para tratamient­os de baja complejida­d. “Desde hace un par de años Fonasa modificó la modalidad libre elección, en dos códigos de tratamient­os, tanto en hombres como en mujeres”, dijo y añadió que esto “implicó la obligación de todo el sistema (también isapres) de financiarl­o con esas coberturas mínimas. Que tiene que ver con exámenes de laboratori­os, consultas, y todo lo que tiene que ver con inseminaci­ón artificial”.

La autoridad añade que “esto es un primer paso y sin duda con el acceso a las nuevas tecnología­s, nuevos protocolos y tratamient­os, siempre es una posibilida­d expandir la cobertura. Yo estimo que a través de esto se abrió una puerta que puede tener el efecto de ampliar a terapias de mayor complejida­d”.b “La vitrificac­ión es una técnica que cada vez las mujeres piden más”. “La medicina debe ayudar cuando la mujer tiene más factores en contra”.

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Fachada de uno de los ingresos de la Clínica Las Condes.

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