Instituto Nacional

Señor director:

Con tristeza hemos recibido la noticia de la pérdida de la excelencia académica del Instituto Nacional. Hay quienes justifican esta situación por un supuesto boicot al Simce, pero eso no explica la situación en que se encuentra el colegio.

En la PSU 2015 (el test más objetivo disponible y que nadie estaría dispuesto a sabotear) el Nacional cayó 26 puestos, llegando al número 40. El contraste es evidente si lo comparamos con el Liceo Bicentenario San Pedro de Puente Alto, que logró con sólo cinco años de vida el puesto 51, subiendo 20 en un año y pisándole los talones al que era el buque insignia de la educación pública.

No hay peor ciego que el que no quiere ver. Si no recuperamos los valores que fundaron el Nacional terminaremos por apagar lentamente al primer foco de luz de la nación. El lema del Nacional es Labor Omnia Vincit, “el trabajo todo lo vence”. Ese ambiente de estudio, disciplina y espíritu de superación perdidos eran la energía que orientaba a tantos jóvenes como yo. Gracias al Nacional pude estudiar medicina en la UC, ser la primera generación de mi familia en ser profesional y hoy atender a miles de pacientes al año en la misma comuna de Santiago, con ese espíritu de servicio que nos inculcaron en el colegio.

Por el bien de la educación municipal y los sueños de tantas familias no le quitemos este motor de movilidad a quienes lo merecen. y discriminación. Fue normal hace unos años pero hoy es inaceptable y agrega un gran desafío pedagógico para mantener la vigencia de antaño. Educar en la arbitrariedad es más fácil que educar en la diversidad. Que los colegios lograran mejores resultados así aseguró en el pasado mejores resultados en el Simce.

Hoy existe hay una oportunidad: medir la calidad por los resultados de aprendizajes es evidente, pero no suficiente. La pedagogía del siglo XXI es más exigente. La forma en que evaluamos y sus consecuencias para docentes y escuelas son relevantes si queremos avanzar en calidad para todos y no para unos pocos.