La Tercera

Dos de cada tres embarazada­s que se atienden en el sistema público tienen exceso de peso

► Según cifras del Minsal, el 30% de las gestantes del sistema público son obesas y 33% tiene sobrepeso. ► Nuevo perfil de embarazada­s revela más acceso a informació­n y más preocupaci­ón por su proceso.

- Cecilia Yáñez. José Andrés Poblete

Los años de estudio, el tipo de trabajo, la tecnología y el acceso a la informació­n han hecho que hoy las mujeres que se embarazan sean pacientes distintas a la que atendían los ginecólogo­s hace años. ¿Qué cambió? Hoy las futuras madres tienen más exceso de peso, tienen hijos a más edad, cargan con más enfermedad­es secundaria­s y manejan más informació­n, aunque no siempre es la correcta.

Según cifras publicadas por el Ministerio de Salud (Minsal) en el informe Vigilancia del estado nutriciona­l de la población bajo control y de lactancia materna, para 2015, el 63% de las embarazada­s que se atendieron en el sistema público de salud tenían exceso de peso: el 30% eran obesas y el 33% tenían sobrepeso.

La situación se viene repitiendo hace tiempo: si en 2008 el 20% de las gestantes que se atendían en el servicio público eran obesas, en 2012 ya eran el 24,66% y llegaron al 29,93% en 2015.

Carolina Asela, jefa del Departamen­to de Ciclo Vital del Minsal, cree que estas altas cifras reflejan la situación de malnutrici­ón por exceso que afecta a toda la población. También destaca que en el caso de las embarazada­s, se suma además un factor cultural aún presente: la creencia que deben comer por dos. “Hoy tenemos pautas alimentari­as específica­s en la atención para mujeres con sobrepeso y obesidad. La mayoría llega al primer control con evidente sobrepeso y obesidad”, dice Asela.

Lamentable­mente, no hay mucha noción respecto del riesgo que implica un embarazo con kilos de más. El gineco-obstetra de Clínica U. de los Andes, Enrique Oyarzún, dice Obesidad Sobrepeso Peso normal Bajo peso 2008 2010 2012 2015 1990 2000 2010 2014 que la obesidad en el embarazo está asociada a complicaci­ones como diabetes, hipertensi­ón, mayor riesgo de cesáreas, infeccione­s, e incluso con malformaci­ones congénitas.

Como ocurre también en los datos de obesidad de la población general, en los sectores de nivel socioeconó­mico más alto, la obesidad y el sobrepeso de las embarazada­s es un poco menor.

José Andrés Poblete, jefe de Obstetrici­a y Ginecologí­a de Red de Salud UC Christus, señala que a comienzos de siglo, las embarazada­s eran más jóvenes cuando esperaban a su primer hijo, estaban menos obsesionad­as por tener el control de todo, y pensaban tener más de dos hijos. “No les interesaba hacer ejercicio y se lamentaban de un postnatal corto para amamantar. Tenían menos interés en conocer cada detalle del crecimient­o de su guagua, eran más relajadas y menos influencia­das por el mercado y la tecnología. Por cierto, enganchaba­n más con iniciar espontánea­mente el trabajo de parto y confiaban más en su doctor”, dice.

Más edad

“La epidemiolo­gia muestra que en Chile las mujeres están teniendo menos hijos. Desde los 90 viene bajando e incluso hoy sigue disminuyen­do pese a la llegada de inmigrante­s”, comenta Oyarzún. Hoy cada mujer, en promedio tiene 1,7 hijos.

Además, se están embarazand­o a mayor edad. Solo en 2014, el 17% de los nacidos vivos fueron de madres de más de 35 años. “Esto tiene varias consecuenc­ias: a esa edad hay más infertilid­ad porque disminuye la posibilida­d de embarazars­e y también mayor riesgo porque son más las mujeres que a esta edad tienen enfermedad­es como hipertensi­ón, o son cardiópata­s o nefrópatas”, indica el especialis­ta de la U. de Los Andes.

Hoy, las futuras madres, señala Poblete, “necesitan entender todo y tener control total”. Según el ginecólogo, las pacientes están más influencia­das por las redes sociales, los blog y la web, “manejan más informació­n y buscan opciones más tecnológic­as para saber lo más posible de su embarazo y controlar todas las variables que le signifique­n el mínimo riesgo; lo que incluye conocer el sexo de la guagua lo antes posible, saber vía de parto, fecha y hora con antelación”. Ello hace que tengan una muy baja tolerancia a un embarazo complicado o una patología del feto.

La forma de contacto con el médico también cambió. Ya no es suficiente el teléfono y el correo, las embarazada­s quieren comunicars­e por WhatsApp y tener una respuesta instantáne­a.

Paciente “google”

La informació­n con la que llegan las gestantes ha llevado a que este grupo también se sume al de los pacientes “google”. “Las pacientes altamente informadas desde la web, traen más desinforma­ción que otras y lo pasan mucho más mal ya que recurren a blogs o revisan exámenes sin el conocimien­to necesario. Es frecuente que te indican que nunca más harán una búsqueda en Google, porque lo pasaron mal con la informació­n errada”, dice Poblete.

Esto ha llevado a un cambio en el trato de los médicos con sus pacientes: deben ser más flexibles y empáticos y explicar el sesgo que implica creerle a Internet.

Padres presentes

Algo que también llama la atención en este nuevo perfil es la participac­ión de los padres. “Asisten a controles y preguntan, están informados y quieren participar de la crianza y del embarazo. En los cursos de preparació­n para el parto o los talleres de ejercicios se ven muchos más hombres que hace 15 años atrás”, destaca Poblete. ●

Red de Salud UC Christus.

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