Echar abajo la candidatura de Ricardo Rincón podría abrir una guerra civil dentro de la DC con efectos de alto riesgo.
resistencia en varios diputados que ven, en la aventura presidencial, una amenaza para sus reelecciones si no se llega a un acuerdo con la otra parte de la Nueva Mayoría. Además, ante la probable victoria de Sebastián Piñera, quedarse fuera del Congreso será más frío y oscuro que hace ocho años. Un paso en falso de Goic interviniendo la planilla electoral podría desatar los demonios.
Por otro lado, mirar para el lado le podría significar daño reputacional. Goic es una persona respetada con una historia de vida que no ha sido suficientemente explotada por quienes llevan las comunicaciones de su comando. Si no se ve firme ante una historia de violencia intrafamiliar, el poco capital que ha acumulado puede simplemente depreciarse.
Hasta ahora, ante los dilemas, el diseño del equipo de Carolina Goic ha sido mantener las formas y los cuidados. Así fue en el caso del Sename, donde propuso una idea inviable pero correcta: crear otra comisión más, mientras al frente Piñera lanzaba una andanada de medidas y se tomaba la agenda. Ante la baja de calificación de riesgo de Chile, pese a contar en su equipo con economistas de calibre, su candidatura guardó silencio y le dejó el espacio al piñerismo, que instaló exitosamente la culpa en la coalición de gobierno.
Ese diseño cuidadoso le ha significado a la senadora por Magallanes no meterse en líos adicionales, pero en contraste le ha significado mantenerse estancada en las encuestas. Pareciera que los arquitectos de su campaña no logran ver que meterse en problemas es justamente una de las razones de éxito de una candidatura.
Ingeniero Civil Industrial, MBA.