Empresarios cristianos cuestionan creación de ente estatal en pensiones
► USEC acusa confusión entre los conceptos de solidaridad y subsidiariedad. ► Defiende también rol de las AFP como gestoras de los fondos de pensiones.
Bajo la mirada de la Unión Social de Empresarios, Ejecutivos y Emprendedores Cristianos (USEC), la propuesta de la reforma de pensiones que crearía un ente estatal para gestionar la inversión del 5% adicional de ahorro, de cargo de los empleadores, sería innecesaria.
Su director, Ignacio Arteaga, afirma que la razón va más allá del cuestionamiento al derecho a elección de los afiliados respecto del ahorro adicional, que no se estaría dando; sino que por el rol ejercido por la sociedad civil, a través de las AFP, cuyos resultados positivos en gestión de inversiones, descarta toda justificación para crear un ente estatal que reemplace su tarea.
Rol subsidiario
El último documento publicado por el grupo de laicos católicos cuestiona la ambigüedad de que sea una “nueva entidad pública autónoma” la que administraría el alza en las cotizaciones. A la luz de “los principios de bien común, subsidiariedad y solidaridad, así como de los valores de la propiedad privada, la libertad responsable, la justicia y la caridad”, no queda suficientemente justificada la necesidad de este nuevo ente.
Para estos empresarios, “la existencia de administración privada de fondos de pensiones no debe llamar a confundir a nadie. Se trata de empresas privadas que cumplen un rol público, el que no debe confundirse ni asimilarse al rol del Estado en materia de pensiones”.
De ahí que “administrar fondos de pensiones es un servicio hacia lo público y, como tal, el Estado debe reconocerlo, protegerlo y promoverlo, no buscar absorberlo en su ámbito de acción sin una razón debidamente justificada”.
Esto porque, según explica el texto, “en principio, la subsidiariedad indica que es recomendable que sean estos organismos y no el Estado los que se encarguen de la administración de los fondos, pues están más cerca del origen del problema y conocen mejor la realidad que deben atender”. Apelan a que las AFP no se rigen por criterios políticos, sino que de rentabilidad de los fondos que administran, y que si no cumplen bien su función arriesgan su sustentabilidad, como toda empresa privada.
En cambio, el rol del Estado “es asegurar que el sistema funcione, exigiendo el pago de las cotizaciones previsionales por parte de los empleadores (muchas veces estatales), multando las declaraciones y no pago que finalmente no se enteren después de un plazo prudencial; velar y promover las cotizaciones de los independientes y legislar para disminuir las lagunas previsionales”.
La solidaridad
La USEC tilda las críticas a una “aparente” falta de solidaridad del sistema actual frente al sistema de reparto como “erróneas y sesgadas”.
En el texto, se preguntan si está bien el que la solución al problema de quienes no alcanzaron a juntar fondos suficientes sea responsabilidad exclusiva del Estado; también, el si no se estaría “tercerizando” el ejercicio de la solidaridad, en caso de que el Estado resuelva este conflicto por “nosotros”. Aunque advierte que la solidaridad impuesta por el Estado no es solidaridad.
“Si una persona no alcanza a cubrir sus necesidades de pensión digna con lo que ahorró y recibe apoyo del Estado, no estamos hablando en estricto rigor de solidaridad sino de subsidiariedad (por algo se habla de un “subsidio” del Estado). La subsidiariedad es una forma concreta y sustentable de solidaridad”, afirma el documento.
Por último, Arteaga enfatiza la necesidad de actuar con la verdad; algo clave, manifiesta, en el manejo de las expectativas que genera la nueva propuesta del gobierno, que incrementaría las pensiones actuales y futuras en 20% y 50% respectivamente: “La gente necesita una pensión digna, pero no hay que generar expectativas”.
En opinión del experto, el debate por pensiones ha partido desde posturas atrincheradas y atacantes entre sí, sobre lo cual es difícil forjar un diálogo objetivo. Por ello, aunque reconoce responsabilidad de los gobiernos, suma también a todos los actores por no prever el problema y “esperar a que les explotara en la cara” .●