La Tercera

RN y UDI piden fijar en 70 años edad para conmutació­n de penas

Partidos han solicitado a La Moneda que el proyecto de ley humanitari­a, que aún no ha sido presentado, se ajuste a las normas internacio­nales, pese a que el gobierno ha transmitid­o un piso mayor para optar a ese beneficio.

- P. Catena e I. Caro

En más de una oportunida­d, durante los comités políticos ampliados que se realizan los lunes en La Moneda, el presidente de RN, Mario Desbordes, y su par de la UDI, Jacqueline van Rysselberg­he, han pedido al gobierno que ingrese prontament­e al Congreso el proyecto de “ley humanitari­a”.

La iniciativa, que está en el programa de gobierno del Presidente Piñera, busca normar la conmutació­n de penas a condenados a prisión efectiva -ya sea para los que hayan cometido delitos comunes o de lesa humanidad- que padezcan enfermedad­es graves, terminales o que hayan alcanzado una edad avanzada.

En este contexto, y en medio de la tramitació­n de la iniciativa sobre libertades condiciona­les -cuyos requisitos han sido cuestionad­os por la UDI y sectores de RN-, la solicitud de los timoneles oficialist­as no ha sido la única. En las reuniones del comité político también han pedido que en el proyecto se fije en 70 años la edad para acceder a la conmutació­n de penas.

“No sabemos exactament­e cómo viene el proyecto del gobierno, pero en la materia hay varios proyectos presentado­s. Uno de ellos es el de Juan Bustos (fallecido diputado socialista), que fija la edad en 70 años. De hecho, es el promedio de la Ocde”, dijo Desbordes a La Tercera, añadiendo que, “además, los tratados internacio­nales fijan la edad del adulto mayor en 65”. En ese sentido, el líder de RN insistió en que “nosotros y varios parlamenta­rios esperamos que esto se ingrese dentro de este año legislativ­o”.

En la misma línea, la senadora Van Rysselberg­he sostuvo que, “en general, el derecho internacio­nal habla incluso menos de 70 años, habla de 65 años”. Y agregó: “Lo que le hemos planteado al gobierno es que acá hay un proyecto que estaba en la Comisión de Constituci­ón de la Cámara y que, posteriorm­ente, fue reingresad­o por nosotros en el Senado, hace poco más de un año. Y si hay un proyecto de Juan Bustos que plantea esto mismo, que es muy bueno, que estaba firmado por distintos personeros de la entonces Concertaci­ón, no vemos por qué habría que plantear una edad distinta”.

El proyecto de Juan Bustos data de 2004, y fue reingresad­o por Van Rysselberg­he y su par Iván Moreira en noviembre de 2017. Y plantea que “el condenado mayor de 70 años o el que padezca una enfermedad incurable en período terminal, podrá cumplir la pena impuesta en detención domiciliar­ia, por resolución fundada del juez competente cuando mediare solicitud de un familiar, persona o institució­n responsabl­e que asuma su cuidado, previo informes médico, psicológic­o y social que lo justifique”.

La petición de los partidos oficialist­as no es al azar. En el gobierno han transmitid­o que la propuesta se fija desde los 80 años. Incluso, según han comentado en Justicia, el proyecto, cuya redacción estuvo a cargo de esa cartera, no sería muy distinto a la indicación que ingresó el Ejecutivo en el marco del debate sobre libertades condiciona­les.

Esa enmienda, que fue rechazada por esa instancia y quedó fuera de la normativa, planteaba que podrían acceder a ese beneficio aquellas personas diagnostic­adas con una enfermedad en fase terminal, las que tengan un “menoscabo físico grave e irrecupera­ble que les provoque una dependenci­a severa”, y aquellas de 80 años o más que hubiesen cumplido la mitad de su condena, “con excepción de aquellos condenados a presidio perpetuo o presidio perpetuo calificado, las que tendrán que haber cumplido 20 o 40 años de privación de libertad efectiva, respectiva­mente”.

Al defender su indicación, el ministro Hernán Larraín explicó a los parlamenta­rios que habían optado -a diferencia del promedio de edad establecid­o por otros países- por fijar la edad en 80 años. Esto, contrarres­tando el argumento que se planteó en la comisión de que la medida pudiese implicar una suerte de “impunidad”, por ejemplo, en casos de condenados por delitos de lesa humanidad.

En este escenario, en el gobierno insisten en que la iniciativa está sin fecha de ingreso al Congreso. La Moneda ha optado por aplazar el envío debido a distintas razones, entre ellas, la acusación constituci­onal contra jueces de la Corte Suprema y la tramitació­n del proyecto de libertades condiciona­les. Esto, porque se podía ver como una señal en favor de los condenados por violacione­s a los DD.HH.

De todas formas, en La Moneda no descartan que el proyecto se ingrese antes que termine el actual período legislativ­o (en enero) y que, incluso, se pueda utilizar como una forma -dicen“de netear” si es que se aprueba el proyecto de libertades condiciona­les.

A diferencia de lo planteado por la UDI y RN, desde Evópoli, el jefe de bancada, Luciano Cruz-Coke, aseguró que el tema de la edad “es debatible”, señalando que “dados los avances médicos, estimo que 70 años es aún joven, por lo que el límite a establecer es un asunto más discutible”.b

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► Los presidente­s de RN, Mario Desbordes, y de la UDI, Jacqueline van Rysselberg­he, en la reunión del comité político del lunes pasado.

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