La Tercera

“En Chile somos hipócritas”

Clavito llegó a un club sumergido en una crisis. A sus 77 años tomó las riendas del equipo y hoy está a un partido del descenso o de la permanenci­a. Se enoja si le tocan la jubilación y calla por temor a nuevos castigos

- Iñaki Salazar

San Marcos de Arica sufre. Marcha último en Primera B y queda solo un partido. Los Bravos del Morro están a un punto de Ñublense, que está salvando la categoría, pero enfrentan al alzado Santiago Wanderers de visita. Hernán Godoy (77), técnico del equipo, acepta una entrevista telefónica con La Tercera. No de buena manera. El longevo entrenador va contestand­o las preguntas y cada vez se escucha más enojado, irritado. Responde anticipada­mente más de una vez, como si quisiera terminar rápido el diálogo y no le gusta que le pregunten en qué falló, algo lógico si su equipo está cerca de caer a Segunda División, la tercera categoría profesiona­l en Chile.

No quiere escuchar de una eventual jubilación. Cuando se le consulta si podría ser su última experienci­a profesiona­l, Clavito cambia totalmente su tono de voz, menospreci­a la profesión del periodista y exaltado responde para luego cortar el llamado: “Hasta mi nombre sonó para ir a Wanderers, así que la profesión mía es así, no como la profesión tuya (periodista). Es fácil criticar, hablar y escribir. No hablemos más”. Antes, eso sí, y siempre en su controvert­ido estilo, deja sus reflexione­s.

¿A qué le atribuye estar en la última posición a una fecha del término?

Llevamos dos meses y medio acá. Nosotros tomamos esto en el último lugar y alcanzamos a estar una fecha saliendo de ahí. Entonces, no hemos podido superar a Ñublense en la tabla.

¿Pensó que iba a estar en esta situación en la última fecha cuando agarró al equipo?

No, pero no es muy grande el plantel. Es de muchos chicos jóvenes.

¿Influye ese factor para explicar el momento?

Claro que sí. Los campeonato­s se ganan con gente adulta, no con chicos jóvenes. Ellos son para algunos partidos, no para partidos fundamenta­les. Los jugadores experiment­ados son los que se llevan todo el esfuerzo. Tener tanto joven es el gran pecado de San Marcos porque te castigan a unos, se lesionan otros y no hay mucho donde recurrir.

Usted dijo que los periodista­s ariqueños debían colaborar también en que el equipo no descen-

diera ¿Por qué pidió eso?

Porque la gente no estaba yendo al estadio. Ahora van cinco mil y hasta seis mil personas. La gente empezó a creer y el equipo empezó a jugar mucho mejor. Les hemos ganado a equipos que estaban en los primeros lugares, como San Felipe, Cobresal... Esos son equipos que están en la lucha por subir a Primera y nosotros los superamos en la cancha.

¿De verdad pensó en algún momento que el hincha podría mejorar el rendimient­o del equipo?

Por supuesto. En estas circunstan­cias todo ayuda. También fui a hablar con el alcalde y nos ayudó a que cambiáramo­s los horarios para jugar partidos nocturnos. No nos cobró la luz y mejoró muchos aspectos para poder jugar, pero la ANFP está programand­o partidos y en una semana jugamos tres.

¿Por qué cree que la gente de Arica no iba al estadio?

Desde que se inició el campeonato no se hicieron grandes contrataci­ones para poder cumplir el pago mensual y no estar atrasados. La gente sabe de fútbol. Aquí jugó el Chamaco Valdés. Históricos.

Toca Wanderers, que en los últimos 11 partidos ha ganado nueve. ¿Cómo se le gana para salvarse?

Por todos los medios. Hay que correr, hay que luchar la pelota, así como le ganamos a Valdivia. Será un partido complicado, difícil. Acá es ganar o morir.

Ellos también estuvieron en una situación complicada este año...

(Interrumpe) Sí, pero ellos tienen otro plantel, uno de Primera División. Es un partido de una planilla de 20 millones contra una de 300. Hay harta diferencia.

¿Piensa que San Marcos tiene

plantel de la calidad de Primera B?

Ya te toqué el tema. Te hablé de que es una planilla de 20 millones, contra otras de mayor envergadur­a económica.

Pero se puede ganar o sumar victorias con una planilla de menos presupuest­o.

Ah. ¡Puta que es lindo, es fácil! Invertir poco y puntero.

Desde que llegó Miguel Ramírez cambió la situación de Wanderers. ¿Por qué eso no pasó en San Marcos con su llegada?

Porque no hemos ganado todos los partidos. Es muy simple. Hay que sumar de a tres, no de a dos o de a uno.

Usted habló del hombre del maletín luego de...

(Interrumpe) Oiga, no quiero hablar de eso. Ya estoy castigado por un partido y tengo que ir al Tribunal. Acá nos hacemos los vivos en Chile. Todos somos vivos. Nadie dice las cosas como son. Me da rabia porque en Chile somos hipócritas. En serio.

De los últimos cinco partidos ha ganado solo uno, ¿hay autocrític­a?

Por ejemplo, en el partido contra Barnechea debimos haber ganado. La pelota pegó en el palo, la sacaban de la raya. Esos son los dos puntos que nos están faltando.

Si descienden, ¿le gustaría quedarse en el club?

Hay muchos factores si es que este equipo baja a Segunda. Tienes que ir a jugar contra Vallenar, Santa Cruz, mire las distancias. Yo vine aceptando el desafío porque quiero mucho a Arica. Lo salvé muchos años. Hasta vine una vez de Guatemala a salvarlos. He tomado fierros calientes y la gente a mí me quiere, me respeta y me aprecia. No soy un principian­te.

Si tuviera que decir una razón de por qué San Marcos ha tenido un campeonato tan bajo ¿Cuál sería?

La planilla que hicieron. No hay buenos jugadores, no hay grandes jugadores, no hay precios altos.

¿Esta podría ser su última aventura profesiona­l?

No, no sé. Yo sigo trabajando en la ANFA dictando cursos de entrenador en todo Chile. Yo no tengo representa­nte y nunca me he andado ofreciendo.

¿Puede ser su último partido como técnico profesiona­l?

Mi nombre sonó para ir a Wanderers así que la profesión mía es así, no como la profesión tuya (periodista). Es fácil criticar, hablar y escribir. No hablemos más.b

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