La Tercera

Puente Alto

Los 167 días de cuarentena que no han bastado

- Por Rocío Latorre y Sebastián Rivas

Tras cinco meses de confinamie­nto, la comuna se posiciona como la segunda del país con más casos activos. ¿Las razones? Extremas inequidade­s urbanas, vulnerabil­idad y hacinamien­to, plantean expertos y desde el municipio.

Son las 8.30 y María González (71) aguarda afuera de una oficina del Registro Civil de Puente Alto. Por la extensa cuarentena y con la Comisaría Virtual disponible, dice que sus familiares le enseñaron a hacer el trámite y pedir permisos para hacer sus compras, pero le faltaba algo: la Clave Única. Y por eso, es una de las casi 150 personas que, haciendo fila al aire libre, esperan ser atendidas.

A un par de cuadras, en las sucursales de BancoEstad­o que rodean la plaza hay largas hileras de gente. Uno de los vecinos explica que sus deudas las paga de forma presencial, no usa internet, por lo que necesita pasar por las cajas y pedir dinero en efectivo. Y hacia el oriente, una fiscalizac­ión que realiza el guardia de uno de los dos supermerca­dos, de las 10 personas que a las 9.30 esperaban su apertura, todas portaban su permiso temporal para compras de insumos básicos.

Ese es el escenario matinal de Puente Alto, la segunda comuna del país -después de Punta Arenascon más casos activos de coronaviru­s y que ostenta un difícil récord: la cuarentena más larga del país, con 167 días de confinamie­nto en la zona poniente que no han conseguido bajar la curva de contagios.

¿Qué falla en Puente Alto? El alcalde Germán Codina sostiene que la movilidad de los habitantes, aunque la define como alta, no es “irresponsa­ble”. “Los vecinos han respetado las normas de la autoridad sanitaria, pero tenemos una situación compleja, porque la inequidad urbana lleva a miles de personas del sector poniente a desplazars­e hacia el centro. El sector poniente de Puente Alto, que tiene 330 mil habitantes, no tiene una sola sucursal bancaria”, detalla.

Asimismo, y aunque destaca que en su comuna tienen altos índices de trazabilid­ad -con el 90% de los casos investigad­os antes del límite de las 48 horas-, a Codina le preocupa que la garantía de aislamient­o para los residentes ha sido deficiente, situación que agudiza brotes familiares en un contexto de altos niveles de hacinamien­to y vulnerabil­idad.

“Si tenemos una comuna donde se reconocen problemas de hacinamien­to y de vulnerabil­idad, se debiera disponibil­izar una residencia sanitaria para permitir que los contagiado­s no terminen afectando a toda la familia por no tener las condicione­s en el hogar para aislarse. Pero en julio cerró la única residencia sanitaria que teníamos”, relata Codina.

El jefe comunal añade que parte importante de los vecinos está en el “dilema de la subsistenc­ia”: entre salir a trabajar y romper la orden sanitaria o guardar la cuarentena. Por ello, explica que han propuesto “al ministro (Enrique) Paris un paso adicional en el plan Paso a Paso -entre la cuarentena y la transición- que permita que los trabajador­es sanos de la comuna puedan salir, los que nosotros constatemo­s que están sanos a través de la toma de un PCR preventivo”. Contexto social

Para la especialis­ta en Salud Pública y Medicina Familiar de la Universida­d Católica, Paula Bedregal, existe lo que describe como determinan­tes sociales de la salud, que han dificultad­o una mejor evolución de la pandemia

en la comuna.

“Una de las cosas fundamenta­les en Puente Alto es que hay un sector poniente, como bien lo describe el alcalde, donde hay poblacione­s altamente densas por la forma de construcci­ón de la vivienda social. La calidad, la forma y el contexto en el cual se habilitaro­n no fueron los más apropiados. Tampoco hay condicione­s adecuadas en el medioambie­nte donde están insertas estas comunidade­s. Hay pocas áreas verdes, pocos lugares al aire libre, poca habilitaci­ón barrial”, precisa.

Eso sí, Bedregal hace la distinción: “Es una comuna muy heterogéne­a, no todo Puente Alto es igual, pero el sector poniente tiene condicione­s muy precarias de vida, parte de la comuna es dormitorio, con trabajos fuera de la comuna”.

En esa línea, aborda que en la comuna se identifica­n apenas 2,2 contactos por caso índice, apenas el círculo más estrecho de la familia. Y ahí el aislamient­o también se complica. “En las casas se complica por falta de espacio, y el traslado a veces también, porque son trabajador­es informales que no pueden aislarse. Esto ha

bla de las desigualda­des que se debieran tratar de corregir”, concluye.

Situación epidemioló­gica

A juicio del epidemiólo­go y bioestadís­tico de la Universida­d de Chile, Gabriel Cavada, en la comuna hay una marcada tendencia a la endemia del virus, lo que concuerda también con el estancamie­nto de los contagios diarios a nivel país. “Puente Alto tiene su peak máximo el 19 de junio, con 2.779 casos activos, y si se mira con distancia esa curva, el descenso fue bien marcado y notorio de ahí en adelante. Sin embargo, desde el 7 de agosto a la fecha se detecta una situación de endemia -es decir, un virus de presencia constante, con fluctuacio­nes-, con un promedio cercano a los 700 casos”, explica.

Según sus cálculos, y más allá de la reciente modificaci­ón en los indicadore­s del plan Paso a Paso, Cavada ve difícil que la comuna pueda avanzar de cuarentena a transición, pues en proporción, los 75,8 casos por cada 100 mil habitantes no es un número menor para una comuna con casi 650 mil personas.

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Largas filas en las sucursales bancarias ubicadas cerca de la Plaza de Puente Alto.
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El tráfico por la Avenida Concha y Toro.

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