Las insólitas declaraciones ante las autoridades sanitarias tras el brote de Zapallar
Situaciones incluyen a padres que desconocen a hijos y gente que niega haber estado en la fiesta. Esto motivó una denuncia ante la fiscalía.
“La investigación se podría separar, para imputar algún delito de obstrucción”.
CLAUDIA PERIVANCICH FISCAL DE VALPARAÍSO
Tres querellas y dos denuncias está analizando el Ministerio Público de La Ligua, luego de que se conocieran, la semana pasada, dos fiestas ilegales en Zapallar y Cachagua, en las que participaron cerca de 300 jóvenes, sin cumplirse los aforos ni usar mascarilla. Hasta ahora, el brote alcanza a 53 personas contagiadas y otras 107 sindicadas como contactos estrechos.
Las reclamaciones, interpuestas por el intendente de Valparaíso, Jorge Martínez, y el abogado Luis Mariano Rendón (el mismo que denunció falta del Presidente Sebastián Piñera por no uso de mascarilla en la playa), apuntan al supuesto organizador de las fiestas en Aguas Claras, Samuel Israel, un conocido piloto de rally, quien también figura en la denuncia de la Municipalidad de Zapallar. Además, se apunta al restaurante “Santo Diablo”, donde se realizó una de las fiestas, con el aforo ampliamente superado, según los videos que se viralizaron.
Y, sin duda, lo que ha ocupado más tiempo a la Brigada Investigadora de Delitos contra el Medioambiente y Patrimonio Cultural (Bidema) de la PDI, a cargo de las diligencias, ha sido la denuncia del seremi deSalud, Francisco Álvarez, que apunta a las dificultades que ha puesto buena parte de las personas que han sido entrevistadas y que han impedido hacer una buena trazabilidad.
Los primeros antecedentes que maneja la fiscalía es una lista de 30 personas que -se sospecha- están faltando a la verdad en la entrega de información ante la autoridad sanitaria. Y entre ellos hay casos curiosos: personas que se niegan a responder y otros que, estando contagiados, niegan haber participado de la fiesta, aunque aparecen en los videos del evento.
A estos se suman jóvenes que no quieren ser testeados y relatos contradictorios entre unos y otros, que impiden chequear las identidades de los asistentes. Además, entre las revisiones de los contactos estrechos, apareció una madre que negó conocer a su hijo.
No es todo. También hay casos de asistentes inubicables en los domicilios conocidos.
Sobre estos antecedentes, el fiscal jefe de La Ligua, Luis Cortez, señala que se está indagando la “propagación de contagio a sabiendas, lo que implica una pena mayor, ya que con la modificación al Código Penal se definió dejar una infracción sobre insalubridad, o sea, se sanciona a quienes exponen peligro, por lo que puede llegar a tres años de presidio”.
En el caso de confirmarse la versión sobre el restaurante “Santo Diablo”, el responsable podría enfrentar una multa que va desde las 6 UTM, mientras que el ideólogo de las fiestas en Aguas Claras, la pena podría ser privativa de libertad.
Pero ¿qué ocurre con los jóvenes o padres que no colaboran con la trazabilidad? “Se les puede pedir audiencia de formalización, y yo me inclinaría a que sería un delito en contra de la salud pública. Ahora bien, si aparecen imputados y estos no tienen obligación de confesar, nosotros tenemos que probarlo. En el caso en que llamemos a testigos y que el tribunal determine que sus testimonios son falsos, ahí habría obstrucción a la justicia”, explicó Cortez.
Por su parte, la fiscal regional de Valparaíso, Claudia Perivancich, ayer afirmó que el Ministerio Público podría abrir una arista por eventual obstrucción a la investigación o falso testimonio. Esto, a propósito de la denuncia presentada por la Seremi de Salud. “Eventualmente, la investigación se podría separar, si estamos convencidos de aquello, para imputar algún delito de obstrucción a la investigación o de falsos testimonial”, aseguró la persecutora.
En esa misma línea, agregó que al menos respecto de la fiscalía, aún no han registrado problemas en la indagatoria, ya que todavía no reciben los primeros resultados de las diligencias en curso por parte de la PDI: “Formalmente, al menos respecto de diligencias nuestras, no hemos tenido una falta de cooperación con las personas que puedan estar involucradas”.
Además, Perivancich explicó que las personas que estaban contagiadas o esperando el resultado de sus exámenes, y no cumplieron la medida sanitaria de permanecer en un domicilio conocido, se enfrentan a una agravante, por lo cual, eventualmente arriesgarían una pena más gravosa que los participantes en las fiestas clandestinas que no estaban contagiados”