La otra “Michelle” y su futuro rol como primera dama
Para Chile su nombre resulta familiar, pero la prensa internacional la compara con Melania Trump. Michelle Bolsonaro, la nueva primera dama de Brasil, pasará del bajo perfil a convertirse en una de las mujeres más influyentes del continente.
La nacida hace 36 años en Brasilia se conoció con el nuevo presidente brasileño en 2007, cuando se desempeñaba como secretaria del Congreso. Su noviazgo fue breve: seis meses después ya estaban casados.
Del anonimato sólo la sacó su contratación como asesora del partido del ex militar. La justicia la aportó de ese cargo por nepotismo, luego de conocerse que Bolsonaro le triplicó el sueldo.
Después del nacimiento de Laura (7), la pareja festejó una ceremonia religiosa en 2013 con 150 invitados. Residen en Barra de Tijuca, en Río de Janeiro, casa que fue resguardada después del ataque con un arma blanca que sufrió el político de ultraderecha.
Lejos de la dureza de su cónyuge, Michelle ha cultivado un perfil más cercano debido a su interés por causas humanitarias. Domina la lengua de señas, lo que ha demostrado en los videos de su marido.
“Es un llamado que yo tengo, estar próxima a personas con deficiencias, a los sordos. Tengo mucho amor por esa comunidad”, dijo durante la campaña.