Maite Orsini y el aborto: “Hay que dar la pelea”
Diputada lidera proyecto para despenalizarlo hasta la semana 14.
Catalina Batarce L.
El pasado miércoles 13 hubo un momento “histórico” en la Cámara de Diputados. Más de dos años después del ingreso del proyecto que despenaliza el aborto hasta la semana 14, la Comisión de Mujeres comenzó su tramitación. Y si bien el escenario que se avizora para la iniciativa no es el más favorable, la presidenta de dicha instancia, Maite Orsini (RD), está convencida de que las posiciones irán cambiando con el correr de las semanas. ¿Cómo analiza las posturas que se evidenciaron? —Valoro la disposición de las parlamentarias oficialistas a tratar esta temática. Si bien todas mostraron diferencias importantes respecto al proyecto, hay disposición a tratar la materia. Y a discutir con ideas y no con ataques personales. Prueba de ello es que la diputada (Ximena) Ossandón, que sabemos que es muy contraria en este tema, pidió información que es muy relevante para el debate.
¿Se podrá avanzar más allá de la idea de legislar? —Hace un año estábamos en el mismo lugar que estamos hoy, pero por la paridad. No contábamos con los votos, nos faltaban incluso de la oposición. Nos decían que era antidemocrático, que era meter la mano a la urna, pero se empezó a generar un sentir ciudadano y ya en marzo nadie podía sostener que estaba en contra de la paridad. Si bien diputados de la DC han manifestado rechazo, me gustaría esperar lo que va a generar el proyecto en la ciudadanía y cómo eso va a repercutir en la decisión de los parlamentarios. El proyecto requiere aprobarse con quórum simple, con la mayoría; o sea, basta que nos pongamos de acuerdo en la oposición e incluso, como somos más de la mitad, podemos prescindir de algunos. Esto no lo daría por descartado. El proyecto no establece garantías para un aborto seguro. ¿Se podría avanzar en eso? —Lamentablemente, la Constitución establece ciertas materias que son exclusivas del Presidente. Uno de los límites que tenemos los parlamentarios son los proyectos que irrogan gastos. Y una legalización del aborto hasta las 14 semanas para todas, garantizando el derecho a través de la prestación de salud, es un proyecto que nunca vamos a poder presentar. Para eso se requiere un gobierno progresista que se comprometa con las mujeres de Chile. Si seguimos con gobiernos conservadores, a lo único que vamos a poder acceder es a la despenalización. Salvo que cambiemos la Constitución. Pero sus colegas de oposición les dicen que quieren pasar “gato por liebre” y avanzar sin más a un aborto libre. ¿Están equivocadas?
—Veamos qué se entiende por aborto libre. Cuando hablo de aborto libre, siempre va condicionado a las semanas. Yo no estaría nunca por aprobar un aborto sin causales hasta los 9 meses. Entiendo que hay un plazo, un límite. Nadie estaría por cortar fetos en pedacitos. A las 14 semanas no hay sistema nervioso central, el gameto depende absolutamente de la madre y es un momento adecuado para terminar con el embarazo. No existe país que tenga aborto hasta los 9 meses. Quizás estaría disponible a que científicos nos explicaran que pueden ser 12 o 16 semanas, pero antes de que el gameto pase a ser un feto y tenga sensibilidad. ¿La movilidad de las semanas entonces se podría ajustar a la formación del sistema nervioso central? —Los científicos nos lo tendrán que aclarar en la Comisión, pero me parece que es un buen parámetro. Además, hay que tener presente que la OMS recomienda hasta las 22 semanas, porque hasta ese momento el cigoto, gameto o feto, es incompatible con la vida fuera de la madre. Después de las 22 semanas es compatible con la vida, por tanto pasa a tener otra categoría.
Usted apunta a la injerencia de la ciudadanía de cara a este debate...
—El rol de la sociedad civil es muy relevante. Los parlamentarios no están del todo convencidos en avanzar y el rol que tienen las personas es fundamental para lograr los votos. El llamado siempre es hacerlo de manera respetuosa y empática. Lamentablemente mientras dábamos la discusión, afuera hubo un enfrentamiento entre los mal llamados, en mi opinión, ‘pro vida’ y las feministas. A una compañera le lanzaron una Biblia en llamas y tuvo quemaduras importantes. ¿Y qué les diría a esos “pro vida”?
—Yo les digo mal llamados “pro vida” porque también yo lo soy. Justamente lo que yo quiero cuidar con este proyecto es la vida de las mujeres que deciden interrumpir su embarazo. El aborto ocurre igual, el problema es que las mujeres que pueden hacerlo son de clases acomodadas y las mujeres vulnerables o no pueden hacerlo o lo hacen en condiciones de clandestinidad horribles. Ellas son las que mueren o son denunciadas y terminan en la cárcel. Quienes entienden que lo que hay dentro de la mujer antes de las 14 semanas es una vida, lo creen por una concepción moral y religiosa. Yo jamás obligaría a una mujer que cree que lo que tiene dentro de su cuerpo antes de las 14 semanas es una vida a abortar. Esperaría, por tanto, que ellas entiendan que habemos mujeres que no creemos que antes de las 14 haya una vida, y que respeten nuestras creencias. Respetémonos todas, vivimos en un país laico y democrático. Nadie va a obligar a nadie.
“Yo también soy ‘pro vida’. Lo que quiero cuidar con este proyecto es la vida de las mujeres que deciden interrumpir su embarazo”.
“El proyecto requiere quórum simple; o sea, basta que nos pongamos de acuerdo en la oposición. Incluso podemos prescindir de algunos”.