Desafíos en la lucha contra las infecciones de trasmisión sexual en Chile
Desde fortalecer la educación sexual en casas y colegios, hasta el desarrollo de inmunizaciones y de tratamientos para infecciones resistentes, forman parte de las grandes tareas pendientes en materia de control de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) en Chile y el mundo.
La batalla contra el Sida ha sido protagónica en materia de infecciones de transmisión sexual a partir de la década de los 80, cuando el VIH apareció dentro del escenario epidemiológico mundial. Actualmente, gracias al avance en los tratamientos, el VIH se ha transformado en una enfermedad crónica y con bajas tasas de mortalidad. Pero, ¿Qué ocurre con las otras infecciones de transmisión sexual?
De acuerdo al Ministerio de Salud (MINSAL), las infecciones de transmisión sexual (ITSs) más frecuentes en Chile son: condiloma acuminado, sífilis, gonorrea, herpes genital e infección por Chlamydia. De éstas, hay reportes que señalan la prevalencia en tasas menores de coinfecciones tales como sífilis-VIH y sífilis-gonorrea.
Bajo este contexto, los especialistas hacen un llamado a informarse respecto de los alcances de infecciones como la gonorrea y la Chlamydia. Paula Rodas, Doctora en Bioquímica y profesora asistente del Center for Integrative Medicine and Innovative Science de la Universidad Andrés Bello (CIMIS UNAB), trabaja en esta materia y advierte que estas enfermedades, sin un tratamiento correcto, pueden traer serias consecuencias.
Un caso particular ocurre con la gonorrea en mujeres, infección causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae que la mayoría de las veces no presenta síntomas y que avanza sin ser percibida, explica Rodas. “La bacteria puede subir silenciosamente hasta llegar a la Trompa de Falopio y causar pérdida de la función reproductiva debido al daño que provoca al infectar el tejido. A ello se suma el hecho que la infección gonocócica aumenta la susceptibilidad para la transmisión del virus de inmunodeficiencia humana (VIH)”, afirma.
Lo mismo ocurre con el caso de la Chlamydia, que si bien es causada por una bacteria distinta (Chlamydia trachomatis), ambas comparten el mecanismo por el cual causan daño a la función reproductiva de la mujer.
Otro fenómeno preocupante es la coinfección de estas dos ITS y la vulnerabilidad que existe cuando se presentan dos infecciones en una misma persona. “Si bien no hay reportes oficiales del Minsal, debido a que la infección por Chlamydia no es de notificación obligatoria, hasta un 30% de pacientes con una ITS pueden ser portadores de otra y considerando que la infección por Chlamydia es la ITS bacteriana más frecuente a nivel mundial, es probable una coinfección con gonococo”, explica Paula Rodas.
Un dato no menor es la iniciación sexual a temprana edad. Según el último boletín epidemiológico trimestral del MINSAL, correspondiente al seguimiento de la gonorrea, el 88% de los casos de esta infección se concentra entre la población de 15 a 39 años, presentándose las mayores tasas en el grupo de 20 a 24 años, con 7,6 casos por cien mil habitantes, seguido por el grupo de 15 a 19 años, con 6,5 casos por cien mil habitantes.
Bajo este contexto ¿Qué desafíos existen?
Para Paula Rodas, el panorama epidemiológico actual hace presente una serie de desafíos. Mientras algunos radican en el desarrollo cultural en Chile, otros corresponden a las políticas de control sanitario y al desarrollo científico.
- Mejorar la educación sexual, sobre todo con los más chicos. Frente a las altas tasas de contagio de ITSs en adolescentes, Paula Rodas sugiere fomentar la educación sexual formal en éstos sectores etarios. “Tenemos un problema serio con nuestros jóvenes, pues no tienen la información apropiada y recurren a fuentes informales, donde a veces tampoco la encuentran”, puntualiza.
- Poner más énfasis en la campaña del uso del preservativo. Este método de barrera, continúa siendo uno de los más importantes y accesibles, por esta razón Paula señala la importancia de fomentar su uso, pues “el preservativo es el método más efectivo para prevenir la transmisión de ITSs”, afirma.
- Ojo con la resistencia a los antibióticos. Este punto es relevante, sobre todo en casos como la gonorrea. “Es un hecho que la bacteria adquiere rápidamente resistencia a los antibióticos. En Europa, Estados Unidos y Asia, existen cepas circulantes mutirresistentes. De acuerdo al Minsal, en su reporte del año 2012, no hay cepas chilenas con esas características, pero dada la dinámica poblacional de las bacterias patógenas, nuestro país no puede cerrar los ojos y asumir que esto no sucederá en un corto plazo”, sostiene.
- Mejorar protocolo de confirmación de casos. Uno de los desafíos que existe, dice relación con los tiempos de diagnóstico y el registro de contagiados con ciertas ITSs en Chile. “Los reportes del Minsal toman bastante tiempo en ser emitidos debido a que cuesta confirmar los casos reportados. Para ello se ha propuesto el uso de técnicas moleculares (amplificación de ácidos nucleicos) en reemplazo del test de inmunoanálisis, esto por varios motivos: es altamente específico y sensible y se pueden usar muestras de diverso origen (orina, hisopado vaginal, Papanicolau líquido) a diferencia del test clásico que requiere toma de muestra cervical. El otro punto es que Chlamydia debiera ser incorporada en el sistema de notificación obligatoria ya que es una ITS muy frecuente en población joven (15 -39 años) y, hasta hoy, no contamos con ninguna estadística nacional, lo cual hace que su situación epidemiológica sea un completo misterio”, concluye la profesora de CIMIS UNAB