¿ QUÉ HACER CON VENEZUELA ? II
En varias ocasiones he insistido en que en Colombia, el tema de política exterior debe aterrizarse más en el debate nacional y debe intentar discutirse con la misma amplitud con la que se discuten otras dimensiones de nuestra política pública. Sobre todo ahora, que el fin del conflicto nos amplía el espacio para económica y socialmente, prometiéndoles discutir con más seriedad nuestra estrategia retornar a la dignidad y la grandeza de inserción internacional, es importante de un tiempo pasado. Venezuela democratizar la discusión y la es un excelente candidato para activar definición de nuestra política exterior. el peor tipo de emociones: nuestro mal
Sin embargo, hay que tener cautela alimentado complejo de superioridad, cuando se hace este llamado. Esencialmente, nuestro tradicional e histórico desprecio porque como lo sugirieron por el Caribe y el racismo latente que hace ya mucho tiempo Almond hemos sacado a relucir de las peores formas y Lippmann, la opinión pública tiende en el pasado cerrándoles el camino a ser volátil y a crear cimientos a grupos de refugiados provenientes inadecuados para la construcción de de otros lugares del mundo. Adicionalmente una política exterior estable y efectiva. y como si lo anterior fuera poco, La opinión tampoco es coherente y estructurada esta es una gran oportunidad para mantener en temas internacionales y viva la trasnochada pelea tipo en la gran mayoría de los casos, particularmente Guerra Fría entre la izquierda y la derecha, en Colombia, en donde la el socialismo y el capitalismo. Venezuela, labor de los medios de comunicación a en síntesis, es una oportunidad la hora de cubrir temas internacionales inmejorable para activar la demagogia es tan mediocre, está mal informada. mediática y electorera en Colombia.
Entonces, el ejercicio de debatir temas Hay que escuchar con cuidado y evitar internacionales y de política exterior caer en el juego. El voto finalmente más ampliamente necesariamente nos pertenece a cada uno de nosotros debe ir acompañado de un proceso de y es nuestra decisión caer en la trampa educación y formación de la opinión. de la manipulación, el dogmatismo De otra forma, los obstáculos mencionados y la mezquindad, o intentar salir de ella por Almond y Lippmann se hacen y exigirles a medios y candidatos presidenciales insuperables y continuamos condenados un discurso con altura, moderado a una política exterior tan y sobre todo responsable. Hay superficial y poco seria como las élites demasiado en juego para tolerarle a un políticas de turno que se encargan de candidato presidencial el muy xenofóbico diseñarla a puerta cerrada. y peligroso tratamiento de nuestros
El debate electoral alrededor de hermanos venezolanos como “venecos”; las próximas elecciones presidenciales hay demasiado en juego como para tolerarles será posiblemente el primero en el que a algunos en la derecha que comulguen un tema de política exterior esté en el con las iniciativas intervencionistas centro de la discusión. El tema, obviamente, de Estados Unidos cuando hasta es Venezuela y desde ya empiezo la misma oposición venezolana entiende a ver con preocupación que muchos que ese es un juego muy peligroso; hay líderes políticos y otros tantos medios demasiado en juego para tolerarles a sectores de comunicación están poco interesados de la izquierda la indiferencia frente en apostarle al trato responsable de a la represión estatal. la crisis en el vecino país. Los incentivos Si no queremos empezar con el pie están ahí y son perversos: para los izquierdo nuestra discusión nacional sobre candidatos presidenciales, atizar el fuego temas internacionales, es absolutamente en contra del régimen venezolano y necesario que castiguemos con usar un discurso nacionalista y a su vez nuestro voto y nuestras decisiones en intervencionista seguramente dará votos. materia de consumo de medios a quienes Y ni hablemos del empujoncito en no estén dispuestos a tener esta conversación materia de rating que resulta del uso de con el tono que demanda la cortinillas alarmistas y en general, del satisfacción de nuestros intereses nacionales. amarillismo mediático a la hora de cubrir Así como hemos logrado que el la crisis venezolana. debate nacional sobre política económica
Tristemente, también en temas internacionales sea técnico, serio y resista posiciones la opinión tiende a movilizarse populistas que nunca faltan, más fácilmente a través de las el debate sobre política exterior debe emociones que de los discursos responsables. darse en términos semejantes para El make America great again evitar que la muy nociva demagogia de Trump dio justamente en el clavo nacionalista termine por tomárselo y por esa razón: activó los agravios nos lleve a transitar un camino en el y complejos de inferioridad de los estadounidenses que nuestra relación con Venezuela se que se quedaron atrás vea deteriorada irremediablemente.