Actualidad
Problemas de aprendizaje por la covid
Si para un profesor no era tarea fácil lograr captar la atención de al menos 25 estudiantes en un salón de clases, adelantar las materias mediante vías tecnológicas o incluso sin supervisión directa del docente se ha convertido en todo un desafío tanto para los colegios como para las familias durante esta pandemia.
El coronavirus logró lo que casi ninguna otra circunstancia en la historia. Padres, niños y adolescentes por primera vez están de acuerdo en algo: la educación a distancia no funciona, o al menos los alumnos no están aprendiendo como sí lo harían en el aula de clase.
Lo anterior lo evidencia una encuesta realizada por Save the Children a cerca de 17.000 familias de 37 países, la cual evidenció que 7 de cada 10 niños y niñas están aprendiendo poco o nada ahora que no van a la escuela. Esto se debe, en gran medida, a la falta de acompañamiento: 36 por ciento de los padres y madres indicaron que no apoyan a sus hijos con el aprendizaje en el hogar.
Además, 40 por ciento de los niños y las niñas de hogares en situación de pobreza dijeron que necesitan ayuda con los deberes, pero que no tienen quién se las provea. Esto es incluso más preocupante dado que dos tercios de los padres, madres y cuidadores manifestaron que sus niños y niñas no habían tenido ningún tipo de contacto con sus docentes desde el cierre de las escuelas.
De acuerdo con María Paula Martínez, directora ejecutiva de Save the Children Colombia, esta situación de rezago en el aprendizaje se da por diferentes factores y no solo por la falta de acompañamiento y conectividad, que es la generalidad en las familias encuestadas, sino también por la enorme crisis económica que acarrea en esta coyuntura.
Los profesores coinciden en que los estudiantes no están aprendiendo. La encuesta ‘Docencia durante la crisis sanitaria: la mirada de los docentes’ buscó analizar cómo se está adelantando la educación en casa.
El 49 por ciento de 3.176 docentes del continente encuestados consideró que debido a la pandemia no está logrando que sus estudiantes aprendan lo necesario.
Este informe también reveló que solo 9 por ciento de los profesores considera que la mayoría de sus estudiantes cuenta con hábitos para estudiar de manera autónoma y el 75 por ciento piensa que sus alumnos no poseen las habilidades necesarias para utilizar aplicaciones para estudiar a distancia sin presencia del docente.
Si ya parece grave porque los estudiantes llevan meses aprendiendo poco o nada, hay un agravante más: están en riesgo de olvidar lo que ya han aprendido. Cifras del Banco Mundial indican que al final de año los estudiantes en Colombia podrían perder entre la mitad y el 75 por ciento de los aprendizajes que acumulan en un año escolar, “recuperar estos aprendizajes es una tarea titánica, urgente y que va a requerir el esfuerzo coordinado de Gobierno, Secretarías de Educación, colegios, docentes, hogares y sociedad civil”, dice Pedro Cerdán, economista sénior en Educación del Banco Mundial.
Y es que en condiciones normales, el 25 por ciento del aprendizaje se suele perder durante las vacaciones, por esta razón, el cierre de escuelas por tantos meses terminará teniendo efectos que hasta el momento no dimensionamos.
40% DE LOS NIÑOS de hogares en situación de pobreza dijeron que necesitan apoyo con los deberes, pero que no tienen quién les ayude.
Para Emanuela di Gropello, experta en Educación del Banco Mundial, las pérdidas educativas se verán en todo el planeta, pero hay dos factores muy problemáticos en América Latina: ya antes de la crisis la región enfrentaba una crisis educativa, con muy altos niveles de pobreza de aprendizaje e inequidades persistentes; y en segundo lugar, el nivel de conectividad, que si bien es superior al de otras regiones, estaba por debajo de la media, “esto significa que alrededor del 50 por ciento de los estudiantes no podía leer de manera apropiada a la edad de 10 años, y que, en un contexto donde menos del 60 por ciento de las personas usa internet, sobre todo en los sectores con más desventajas, los riesgos del aprendizaje son particularmente elevados”, explicó.
Otro informe de Unicef y Unesco indica que los escolares de los países de ingresos bajos y medios bajos ya han perdido casi cuatro meses de escolaridad desde el inicio de la pandemia, en comparación con las seis semanas de pérdida en los países de ingresos altos. Esto ratifica lo que se ha evidenciado durante estos meses, el cierre de escuelas afecta especialmente a las familias más vulnerables.
“No necesitamos mirar muy lejos para ver la devastación que la pandemia ha causado en el aprendizaje de los niños en todo el mundo. En los países de ingresos bajos y medios bajos, esta devastación se ve magnificada por el acceso limitado al aprendizaje a distancia y el retraso en los planes de reapertura, que han frustrado cualquier posibilidad de normalidad”, dijo Robert Jenkins, jefe de educación de Unicef.
Los expertos coincidieron en que si hay problemas de aprendizaje en aquellos estudiantes que tuvieron acceso a la educación a distancia, ya fuera de manera virtual o con guías, la afectación en quienes no han tenido contacto con la escuela sería mucho peor. El informe de Unicef revela que menos de una tercera parte de los niños del mundo (un total de 463 millones) no tuvo acceso a la educación a distancia cuando se cerraron sus escuelas: “La gran cantidad de niños que debieron interrumpir por completo sus estudios durante meses representa una emergencia mundial en materia de educación. Las repercusiones sobre las economías y las sociedades pueden durar décadas”, concluyó Henrietta Fore, directora ejecutiva de Unicef.
Los estudiantes en Colombia podrían perder entre la mitad y 75 por ciento de los aprendizajes que acumulan en un año escolar debido al cierre de las aulas.