El Colombiano

EL AGUANTE

- Por ANA CRISTINA RESTREPO J. redaccion@elcolombia­no.com.co

“Estando yo en la barca tomé una cambala bellísima, la cual me regaló el señor Almirante; y teniéndola en mi camarote, al estar desnuda según su usanza, me vino deseo de solazarme con ella; y al querer poner en obra mi deseo, ella, resistiénd­ose, me arañó de tal modo con sus uñas que yo no hubiese querido entonces haber comenzado; […] agarré una correa y le di una buena tunda de azotes, de modo que lanzaba gritos inauditos […] nos pusimos de acuerdo de tal manera que os puedo decir que de hecho parecía amaestrada en la escuela de rameras”. Estos son fragmentos del relato de Michele da Cuneo, un genovés que acompañó a Cristóbal Colón en su segundo viaje. No es el testimonio de la primera violación por parte de europeos en Las Indias, pero sí es uno de los registros más remotos.

Más de quinientos años de distancia harían pensar que se trata de una barbarie pretérita, ajena, superada. Pero…

El 25 de junio de 2020, siete militares del Batallón de Alta Montaña de otra Génova, en Quindío, que apoyaban al Batallón de Artillería San Mateo en Pereira, fueron procesados por la violación de una menor de doce años, de la etnia embera katío. La secuestrar­on antes del ultraje.

Y no basta. Nunca es suficiente...

La noche del pasado 23 de febrero, también en Risaralda, una adolescent­e embera katío de dieciséis años, con tres meses de gestación, fue asesinada. Su compañero sentimenta­l, de cincuenta años, la cargó herida durante media hora desde su finca en la vereda El Naranjo, hasta el casco urbano de Mistrató.

Ella recibió un tiro en la espalda. ¡En-la-es-pal-da! Llegó sin signos vitales al Hospital San Vicente de Paul.

La Fiscalía imputó al compañero de la víctima los cargos de feminicidi­o agravado y fabricació­n, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego.

Atreverse a encender la radio o leer el periódico en Colombia es sumergirse en la juglaría de Calle 13: “Aguantamos lo que vino y aguantamos lo que viene… Por lo que fue y por lo que pudo ser. Por lo que hay, por lo que puede faltar, por lo que venga y por este instante”.

“Investigac­iones exhaustiva­s”, “rechazo con toda contundenc­ia”, anuncian el teniente coronel Paulo César Cruz; el secretario de Gobierno (e), Samir

Palacio; el comandante del Departamen­to de Policía, coronel

Javier Raúl Gallego; el secretario de Gobierno, Israel Londoño. Y el gobernador de Risaralda, Víctor Manuel Tamayo.

Como si nada fuera con ellos.

Para el Gobierno central este es un “paisaje rural”, una escena macabra que se reproduce desde la Conquista: ¿a quién le importan esas niñas, indígenas, pobres, lejanas, que violan en manada o son asesinadas por la espalda, predestina­das a entregarse a cincuenton­es abyectos, pederastas culturalme­nte avalados, abusadores con licencia en nombre del “respeto” por lo autóctono?

El Observator­io de Violencias de Género de Risaralda advirtió que sería el segundo feminicidi­o en el Departamen­to en 2021.

“Aguantamos al culpable cuando se hace el inocente…”, ya ni el eco cortesano ni el grito de Residente contienen tanta náusea. Que mis palabras no retumben como caídas del pedestal de la norma y “superiorid­ad” occidental: el abuso de las niñas y mujeres indígenas, el sino trágico de su herencia, el desprecio político y social (propio y ajeno) ya no dan para el aguante

El abuso de las niñas y mujeres indígenas, el sino trágico de su herencia, el desprecio político y social (propio y ajeno) ya no dan para el aguante.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia