Recorridos
Amedia hora en carro de la capital, Willemstad, y en lo que antiguamente era una plantación de 2000 hectáreas, ub i c a d o frente a un océano turquesa y rodeado de decenas de palmeras, con vista a impresionantes formaciones rocosas, hermosas cuevas y cavernas, y una diversa variedad de flora y fauna, se alza este complejo de 350 habitaciones, con amplios espacios y 450 metros de playas de arena blanca que invitan a la contemplación.
Si bien está lejos del centro cultural, político y administrativo de este paraíso caribeño, territorio autónomo de los Países Bajos, tiene todo lo que necesita a la mano: cuatro restaurantes (mediterráneo, parrilla americana, sushi y panamericana), un spa –el Atabei– de 420 metros cuadrados con cuatro salas de tratamiento con rituales inspirados en el pueblo arawak (habitantes originales de la isla), varias piscinas descubiertas, cuatro canchas de tenis, tienda de buceo, tiendas de regalos y un campo de golf de 18 hoyos, par 72, diseñado por Pete Dye. Como si fuera poco, ofrece clases de yoga sobre el agua, Pilates, recorridos en bicicleta y caminatas guiadas.