WILLIAM JAIRO MARTÍNEZ FERNÁNDEZ

El tiempo tiene su propio tiempo, y qué difícil es prepararse para lo inesperado, cuando se nos lleva la vida más rápido de lo que queremos.

Hoy celebramos la vida de William Jairo Martínez Fernández, porque era así: fuerte, entero, valiente, enérgico, tenaz... con su tranquilidad y su acelere, tan lleno de vida y alegría siempre, con su forma particular de ponerle una nota de humor a cualquier canción, con ese corazón inmenso que latió con fuerza hasta el último minuto. Hoy celebramos el goce de la vida y mi tío celebra con nosotros bailando Billos y Melódicos desde el cielo.

Tío lindo: Nos dejas el regalo de la unidad, y basta con mirar a todos los que están aquí hoy contigo para comprobarlo. Nos enseñaste que hay amigos que son familia, que la familia es eterna, y que la vida se goza hasta la eternidad. Fuiste un papá para mí y yo tu hija cara de papa. Y en tu andar de la mano con mi tía, me enseñaste todo lo que quiero del amor, un amor resiliente e inmortal. Como te dijo la luz de tus ojos: Nos sigues acompañando a librar batallas, ahora desde el cielo.

Pequeña gran familia: Sé que estos días han sido duros. Que la vida parece llevarnos por caminos largos, y sinuosos, que parece que nos pone prueba tras prueba, tras prueba. Y nos falta camino, pero lo vamos a caminar juntos... y juntos siempre estamos bien. No lo olviden: Esta confianza mantiene firme y segura nuestra alma, igual que el ancla mantiene firme el barco. Nos conduce a través del velo al santuario interior de Dios.

A todos los que nos acompañan hoy aquí, les doy las gracias por la compañía, las palabras de aliento y por llenar estos días grises de flores de colores. Ver a tanta gente reunida hoy acá nos reconforta y nos llena de alegría, porque esta es la huella de mi tío. Este es su legado.