Publimetro Medellin

“SIEMPRE VIVO CONECTADO CON EL PASADO”: JUANES

Mira hacia el pasado cada vez que está feliz, agradece todo lo que tiene y lo que nunca soñó. Como padre de dos niñas, el músico colombiano apoya la lucha de millones de mujeres por sus derechos, porque “es justa y necesaria”

- CAROLINA PALMA

El cantante y compositor paisa no necesita mucha presentaci­ón. Su último disco,

Mis planes son amarte, sigue logrando gran reconocimi­ento por su frescura y potentes sonidos pop, rock y folk. Y además, sorprende con colaboraci­ones de otros artistas, sin dejar de lado el amor por la música popular, esa que nace de nuestra rica cultura colombiana, bien latina. Actualment­e realiza su gira Amarte

Tour en Estados Unidos, junto a la chilena Mon Laferte.

Conocemos mucho sobre su música, pero un poco menos respecto a sus ideas y valores. Hablando con él logramos descubrir a un Juanes amante de la vida, de su familia, sin olvidar nunca sus inicios en Medellín.

¿Cree que es importante reinventar­se?

Es fundamenta­l hacerlo. Vamos evoluciona­ndo, el mundo también, y es importante que nos demos la oportunida­d de comenzar desde cero. Es vital renunciar a todo para conseguirl­o otra vez.

¿Por eso se alejó un poco de los escenarios hace un par de años?

Sí, es que es sano en cualquier aspecto de la vida.

¿Lo haría de nuevo?

Si tuviera que hacerlo porque lo siento, lo haría de nuevo.

El disco Mis planes son

amarte es bien visual, ¿lo hizo así para acercarse a los jóvenes?

No necesariam­ente. Es difícil que te sientes a hacer algo para captar a alguien. A veces, la canción que menos imaginas conecta hasta con los niños. Así que lo hice principalm­ente para renovar mi sonido y crear algo que tuviera nivel, artísticam­ente hablando, y que quebrara lo establecid­o. Hoy ya no se habla de un álbum, la gente no lo compra, no escucha un disco completo; consume la canción.

Grabó Más que tu amigo en el disco Todos somos

más, en homenaje a Marco Antonio Solís. ¿Qué lo hace un gran artista?

Su capacidad de contar historias, de componer. Su disciplina y capacidad. Él crea historias que conectan con la gente. En lo personal, es muy sencillo, buena gente; hemos cantado juntos un par de veces. Me pareció bonito el proyecto porque lo produjo un amigo mío, Emmanuel del Real, de Café Tacvba. Le gusta la música popular, al igual que la cumbia y su pueblo, así que esta era una gran oportunida­d.

Me llama la atención que, a diferencia de muchos, no tiene colaboraci­ón de reguetoner­os, sino más bien de representa­ntes de la música tradiciona­l.

Me gusta lo que pasa ahora, pero no todo. En mi carrera trato de mantener el sello de mi música, siempre mirando a lo folclórico y cultural, ese es mi punto de partida.

¿Es un deber de los músicos rescatar las raíces?

No sé si deber, pero para mí es básico. Estudié Diseño Industrial, y nos enseñaron a partir con un concepto para crear un proyecto. En mi caso, qué más riqueza que la que tenemos, para qué irme a otras raíces si tenemos las nuestras, que son increíbles.

Decía que la gente ya no escucha discos. ¿A usted le gusta escucharlo­s?

Me gustan las dos cosas: escuchar música en vinilos, pero también uso Spotify y escucho una canción de un artista y luego de otro. Las redes sociales te llevan a ese comportami­ento…

¿Le gusta estar conectado a las redes?

Estoy conectado, pero no ciento por ciento...

¿Logra ir a su velocidad?

No, porque me generan mucho estrés. Más bien publico cuando quiero, aunque a veces hasta me cuesta hacerlo. Leo los comentario­s de mis seguidores, pero no paso metido ahí, porque es muy fuerte.

En esta sociedad da la sensación de que si no se expone lo que se hace, no existe o no tiene valor, ¿qué opina?

Y si no lo expones, no existes. Es muy loco. Para mí hay momentos especiales, me sorprenden y los quiero compartir, pero no comparto todo lo que hago.

¿Intenta no exponer a su familia?

Es difícil... Mis niñas, Luna y Paloma, tienen 14 y 12 años, y mi niño, Dante, ocho. Y todos están muy conectados. A mi esposa también le encantan las redes, y no puedo pelear contra eso (ríe). Sí les digo que tengan cuidado con lo que publican, y que si les dicen algo feo, bloqueen. A veces veo el futuro oscuro, pero no quiero caer en la negativida­d absoluta. Al contrario, hay que trabajar cuanto sea posible en uno y tratar de ser lo más optimista para seguir adelante.

Sus hijos tienen dotes artísticas, cantan y tocan instrument­os. ¿Los guiará hacia allá?

Ellos son libres, nunca les decimos que tienen que hacer esto o aquello.

Tiene dos hijas, actualment­e estamos frente a una revolución feminista. ¿Está de acuerdo con la lucha de las mujeres?

Me parece importantí­simo. Para mí todo tiene que ver con el hecho de que venimos al mundo porque una mujer nos trae, entonces, para mí, la mujer es sagrada. Solo pensar que en 1920 la mujer no votaba es algo muy loco, o que la mujer no podía ser la presidenta de un país. Son cosas que cambian poco a poco. La lucha por los derechos de las mujeres es justa y necesaria, y ojalá lleguemos a un momento en que la mujer tenga nuestras mismas posibilida­des.

¿Qué opina de las libertades que muchas mujeres exigen, como el aborto libre?

Pienso que tiene que haber límites en el tema. Todo depende de las leyes de cada país y, de acuerdo con las circunstan­cias, la mujer también debe tener derechos. Hablar del aborto es complejo, porque es hablar de la vida, y la vida es sagrada. Cómo tratar de no llegar a ese punto, ese es el tema.

Ahora se cuestionan hasta los halagos o piropos hacia las mujeres, porque nos pueden incomodar. ¿Qué opina al respecto?

Creo que cuando estos procesos comienzan, se vuelven una obsesión, algo raro, y luego se estabiliza todo. Si uno no falta el respeto a alguien, o no agrede física o verbalment­e, está bien. No me parece malo decirle a una chica que es linda, pero todo depende de la forma.

¿Se ha sentido acosado?

(Ríe) Para mí es parte del cariño de los fans, entonces, en verdad nunca me he sentido acosado.

¿Cuántas veces mira al pasado, cuando comenzó modestamen­te en Medellín?

Muchas veces, muchas. Siempre vuelvo a esa época. Cuando estoy muy alegre, disfruto más ese momento porque recuerdo lo que antes no podía tener, no podía lograr o ni siquiera podía soñar. Siempre vivo conectado con el pasado, y eso me ayuda a manejar el presente. No es que sea feliz todo el día, también hay momentos en los que me frustro; soy un ser humano.

¿Tenía la ambición de vivir esta vida?

Más que la ambición, uno comienza como músico soñando con serlo, vivir de lo que le gusta, pero no dimensiona hasta dónde puede llegar. Ahí aparece el poder de la mente, que es infinito. A veces me asusta y todo…

“Siempre vivo conectado con el pasado y eso me ayuda a manejar el presente”

Juanes

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CORTESÍA

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