Neurocirujano Hugues Duffau: Operar a alguien despierto permite conocer cómo actúa su cerebro
Este médico francés fue el creador del procedimiento quirúrgico que permite remover tumores cerebrales sin tener que dormir al paciente
S u primera pasión fue la música y sus primeros estudios fueron en piano. En medio del teclado, los conciertos y la fascinación que le generaba el producir notas musicales, quiso saber cómo el cerebro producía y ordenaba esa información.
Por eso, el francés Hugues Duffau, hoy de 50 años, quiso estudiar Medicina ymás tarde se especializó en neurocirugía.
La investigación de este órgano se volvió una obsesión que lo llevó a crear lo que él considera una filosofía –y no solo una técnica– en la forma de realizar las cirugías para remover tumores cerebrales: la craneostomía con paciente despierto, utilizando estimulación eléctrica. Esta ya se practica en Costa Rica, incluso en hospitales regionales. RVEA RECUADRO.
Duffau también es profesor de Neurocirugía y Neuroplasticidad (capacidad del cerebro de adaptarse a los cambios y a crear nuevas conexiones) en la Universidad de Montpelier, Francia.
La semana pasada, este médico estuvo en Costa Rica para participar de las Jornadas de Neuropsicología organizadas por la Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (Ulacit).
A continuación, un extracto de lo que dijo a La Nacióndurante una entrevista.
--- ¿Cómo llegó la idea de intentar algo que no se había pensado anteriormente para remover tumores cerebrales?
--- Este tipo de cirugía ya se utilizaba para tratar epilepsia, pero no para remover tumores.
”Quise ir más allá de los dogmas, romperlos. Llevábamos años haciendo las cosas con anestesia general y un paciente dormido. Y en ocasiones la persona despertaba y tenía lesiones cerebrales o problemas en el lenguaje o movilidad.
”Realizarlo con el individuo despierto, mientras habla, responde preguntas o realiza actividades simples, permite saber cómo se comporta el cerebro.
”La medicina no solo tiene que ver con protocolos estrictos, también con impulsos que te dicen que las cosas pueden ser de manera diferente. Mi protocolo era no obedecer ningún protocolo, siempre y cuando me sometiera a la ética.
”Esto tendría sentido siempre y cuando trabajáramos con un equipo en donde el paciente es una parte muy importante”.
--- ¿Cómo reaccionó la comunidad médica al ver que usted aplicaba algo tan diferente?
--- Fue un desafío tremendo. No fue fácil, iba contra el orden establecido. Hubo tres etapas. En la primera se dio una negación total de esta forma de ver la neurocirugía; en la segunda, me impidieron expresarme. En la tercera ya se logró el reconocimiento de esta filosofía cerebral y se comenzó a entrenar más gente para hacer esto.
--- ¿Cómo recuerda al primer paciente?
--- Se llamaba Laurent. Era carpintero. Vivió 15 años después de la intervención. Se pudo casar y tener un hijo. Si no se le hubiera removido el tumor, hubiera vivido muy poco tiempo.
--- ¿Cómo le ha ayudado esta filosofía a entender el cerebro? ¿Qué ha aprendido?
--- Cada cerebro es distinto e individual. Este órgano no es únicamente algo de anatomía, es algo con una función única.
--- Este tipo de cirugía ya se practica en Costa Rica, incluso en hospitales rurales. ¿Cómo ve el papel desempeñado por nuestro país?
--- Costa Rica tiene el talento humano y todo lo necesario para aplicar estos conocimientos para el bien de los pacientes. El país ya tiene una neurología de avanzada. puestas. Por ejemplo, ya sabemos que durante mucho tiempo anduvimos por la dirección equivocada. Estábamos metidos en pensar en el localizalismo, es decir, en creer que hay áreas destinadas a determinadas actividades del cerebro y otras dedicadas a otras actividades, y ya, que todo estaba muy localizado en lugares únicos y específicos. En realidad no, todo trabaja como una red. Algunas funciones interactúan con otras en diferentes áreas. La conducta, los movimientos, el lenguaje y la interacción social se miden por una red compleja y no por zonas específicas.
--- ¿En qué trabaja en estos momentos?
--- Cada vez tenemos una comunicación más cercana con los pacientes, para que ellos elijan cómo será su operación . La ética no permite decirle a alguien si prefiere perder habilidades para hablar o caminar; las funciones básicas deben preservarse, pero sí consultarle si le importaría perder un poco la habilidad manual o si la considera clave. Tal vez a una persona promedio no le importemucho, pero un pianista concertista sí quiere conservarla al 100%.
”En cuanto al conocimiento del cerebro, este siempre tendrá sus misterios. La información completa tal vez pueda ser malentendida. Si algún día descubriera la función absoluta del cerebro, yo quemaría los resultados para evitar que sea mal utilizada”.