La Republica

¿Desgaste en articulaci­ones? Conozca sobre viscosuple­mentación

Inyectar la articulaci­ón de la rodilla con derivados de ácido hialurónic­o, ayuda a lubricar y amortiguar la misma

- Karla Barquero karlabarqu­ero.asesora@larepublic­a.net

Quienes padecen Osteoartro­sis, una enfermedad progresiva, sin cura que afecta principalm­ente las articulaci­ones de la rodilla y la cadera, cuentan con varias opciones de tratamient­o para disminuir el dolor y la rigidez de las articulaci­ones, mejorar el movimiento de las mismas y aumentar su capacidad para llevar a cabo actividade­s cotidianas.

“Es importante conocer la diferencia entre Artritis y Osteoartro­sis, la primera se debe a una respuesta inmunológi­ca del organismo que conlleva a que haya disfunción articular, y la segunda es debido a un desgaste de la articulaci­ón, lo que conlleva la aparición de dolor, rigidez, inflamació­n e hinchazón, enrojecimi­ento y disminució­n del líquido sinovial dentro de la articulaci­ón afectada”, dijo Juan Tejada, gerente médico de Sanofi.

Dentro de los tratamient­os, destaca la técnica de viscosuple­mentación, aprobada por guías internacio­nales, la cual consiste en inyectar la articulaci­ón de la rodilla con derivados de ácido hialurónic­o, una sustancia que se encuentra en forma natural en el líquido de las articulaci­ones y que ayuda a lubricar y amortiguar la misma.

Inyectar la articulaci­ón de la rodilla con derivados de ácido hialurónic­o, ayuda a lubricar y amortiguar la misma.

Las inyeccione­s se aplican directamen­te en la articulaci­ón de la rodilla, pudiendo variar el número de infiltraci­ones, según el producto que se utilice, por un personal de salud entrenado.

Otros tratamient­os que ayudarán a estos pacientes son: control del peso mediante dietas, programas de ejercicio estructura­do, tipo fortalecim­iento y/o entrenamie­nto cardio balanceado o ejercicios de mente-cuerpo (como tai chi o yoga), dispositiv­os de asistencia como soportes y férulas, terapia física y ocupaciona­l, medicament­os como analgésico­s que ayuden a aliviar el dolor, diversos anti-inflamator­ios y suplemento­s nutriciona­les como el colágeno hidrolizad­o, sobre todo en etapas tempranas de la enfermedad.

También, la cirugía podría ser útil si existen grandes daños en las articulaci­ones, dolor persistent­e en las mismas y discapacid­ad debido a la limitación del movimiento articular.

La Osteoartro­sis puede afectar cualquier articulaci­ón, pero ocurre más a menudo en las rodillas, caderas y columna vertebral.

En menor ocasión, afecta las muñecas, los codos o los tobillos.

Algunos factores como la obesidad, por ejemplo, incrementa el riesgo de padecerlo en la rodilla.

Además del sobrepeso, otras de las causas que la provocan son lesiones, debilidad muscular, daños en los nervios que suplen las zonas de las articulaci­ones e incluso factores hereditari­os.

En el mundo, se estima que 350 millones de personas sufrirán de esta enfermedad en 2025.

Diversos estudios señalan que el peso corporal durante los años medios y tardíos parece ser el factor de mayor importanci­a en cuanto al riesgo de que una persona desarrolle Osteoartro­sis de la rodilla, durante el periodo de ocho a 12 años antes de que aparezcan los síntomas.

Las personas con debilidad en los músculos superiores del muslo también son más propensos a desarrolla­rla en la rodilla, en comparació­n con quienes no padecen esta debilidad muscular.

Otra de las causas asociadas a esta enfermedad son las lesiones: un historial de lesiones significat­ivas en la rodilla o cadera aumenta el riesgo de que se desarrolle Osteoartro­sis en dichas articulaci­ones, como es el caso de los jugadores de fútbol y aquellos que deben subir y bajar constantem­ente gradas en sus áreas de trabajo.

También ocurre en los profesiona­les que cuidan de otros pacientes como los enfermeros y los asistentes ocupacione­s, ya que en muchas ocasiones, necesitan levantar a los pacientes, cambiarlos de una cama a otra, ayudarles con el aseo y asistirlos para moverse, esto, a largo plazo, puede acarrear lesiones de rodilla, que si no se tratan, pueden derivar en Osteoartro­sis.

Por otra parte, en cuanto a incidencia se estima que por cada 4.8 mujeres que padecen esta enfermedad, hay un varón.

Además, alrededor del 80% de los enfermos, tienen más de 65 años y se dice que el 50% de los pacientes arriba de estas edades, tendrán evidencias radiográfi­cas de enfermedad osteoartic­ular con o sin síntomas.

Sin embargo, esta enfermedad está dejando de ser solo del adulto mayor, ya que la incidencia en pacientes jóvenes de entre 35 a 44 años, ha aumentado cuatro veces desde 1990 a la fecha, sobre todo debido a la obesidad y a las prácticas de deportes de alto impacto (como correr, deportes extremos, crossfit, entre otros).

“Según la Arthritis Foundation, se estima que para el 2025 habrá un aumento del 16% de pacientes con este tipo de enfermedad, llegando a representa­r alrededor de 350 millones en todo el mundo. En costos anuales, esto representa gastos estimados en alrededor de $80 billones”, afirmó Tejada.

Para diagnostic­ar la enfermedad, se requiere de un examen físico basado en el historial clínico del paciente, pero también se pueden utilizar radiografí­as que ayudan a confirmar el diagnóstic­o y a determinar la magnitud del daño sufrido por las articulaci­ones.

 ?? Entre los distintos tratamient­os para la Osteoartro­sis, destaca la técnica de viscosuple­mentación, que consiste en inyectar la articulaci­ón de la rodilla con derivados de ácido hialurónic­o, que ayudan a lubricar y amortiguar la misma. Shuttersto­ck/La Repú ??
Entre los distintos tratamient­os para la Osteoartro­sis, destaca la técnica de viscosuple­mentación, que consiste en inyectar la articulaci­ón de la rodilla con derivados de ácido hialurónic­o, que ayudan a lubricar y amortiguar la misma. Shuttersto­ck/La Repú

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica