¡Cosa más grande, chico!
El Monstruo de anoche en la Cueva no fue Saprissa, fue un cubano llamado Marcel Hernández.
Con dos goles, diagonales, remates de lejos, cabezazos y gambetas dejó loco al otro Monstruo, a Saprissa, que más bien fue un peluchito.
Por eso es fácil decir que la figura de la goleada brumosa 4-0 ante la “S” fue el cubano.
Esos dos pepinos son el número nueve y diez que el cubano le mete a los morados desde que juega en nuestro país. Siete de esos goles han sido en el Ricardo Saprissa. Con razón la afición pide al cubano al final de cada torneo.
El primer gol del brumoso fue al 5’, con un remate lejano que se le escapó al porteo Aarón Cruz y el segundo una joya de tiro libre, al cierre de la inicial.
Pero tuvo dos cabezazos en los que tuvo que emplearse a fondo el guardameta Cruz. También participó en el primero al habilitar a Jeikel Venegas, quien remató cruzado y fue desviado en el camino. En el córner, Cartago anotó el primer gol.
A Venegas le puso otro balón en el mismo primer tiempo, pero el volante no tiró rápido y luego le cometieron un penal no sancionado. Marcel era un dolor de jupa para los morados, no importa cuando leas esto.
Todos los defensas sufrieron con el caribeño, quien además les montó un baile e hizo ver fatal a la defensa saprissista.
Hasta se dio el lujo de definir mal alguna jugada, no todo puede ser perfecto.
“Darle gracias a Dios por los tres puntos, el equipo tuvo el deseo, la personalidad. El grupo a la hora de tener la pelota fue intenso. En la primera parte pudimos concretarlas y de ahí se nos dio el paritdo. En el segundo tiempo ellos iban a tener la urgencia de dejar espaicios. Estoy agradecido con Dios por los dos goles”, dijo.
El cubano expresó que Cartaginés tuvo un gran manejo del partido, en lo mental y en lo emocional.
“El grupo ha madurado, el camerino crece y nos hacemos más fuertes en todos los sentidos. Se ha dado el resultado, vinimos a una cancha difícil, Saprissa es el campeón. Son tres puntos positivos”, añadió el verdugo morado.