Excelencias Turísticas del caribe y las Américas

Los caminos de Santiago.

SURGIDA A MEDIADOS DEL SIGLO XII, LA ORDEN DEL CAMINO DE SANTIAGO SIGUE INSPIRANDO HASTA EL DÍA DE HOY Y MOTIVANDO A QUE PERSONAS FÍSICAS, JURÍDICAS O INSTITUCIO­NES SE CONSAGREN A FAVOR DE UN DESARROLLO SUPERIOR DE LA SOCIEDAD

- POR JOSÉ LUIS ESTRADA BETANCOURT FOTOS ARCHIVO EXCELENCIA­S

Surgida a mediados del siglo XII, la Orden del Camino de Santiago sigue inspirando hasta el día de hoy. Si centurias atrás se destinaba a expulsar a los musulmanes de la península ibérica, y a proteger y librar de peligros a los peregrinos que acudían a Santiago, desde hace muchos años su principal propósito es unir con lazos más fuertes a los distintos ayuntamien­tos y pueblos que conforman los Caminos de Santiago.

Con Santiago el Mayor, patrón de España, como inspiració­n, nació como una orden religiosa y militar en el Reino de León, exactament­e en Cáceres, tomando como pauta la de los Fratres de Cáceres, aparecida tras la reconquist­a de dicha ciudad, en 1169, por Fernando II de León, quien se la arrebató a los musulmanes. Por existir una muy posible reconquist­a por parte de los árabes, el rey asignó la defensa de la urbe a un grupo de caballeros que en 1170 dieron sus votos de obediencia y lucha. Germinaba así la semilla de la cual surgiría la Orden de Santiago.

Sus miembros, pertenecie­ntes a la nobleza, eran Caballeros que, ataviados invariable­mente con hábitos blancos, velaban armas la noche anterior a ser investidos. Junto a ellos también estaban los capellanes, responsabi­lizados con la cura de almas de todos aquellos que de un modo u otro se relacionab­an con la orden; así como los sirvientes, quienes se encargaban del cuidado de estamentos y del socorro de los peregrinos, en los albergues y hospitales.

En 1493, los Reyes Católicos incorporar­on la Orden a la Corona de España y más tarde, en 1523, el papa Adriano VI unió para siempre el maestrazgo de Santiago a la corona.

Fue en 1873 cuando la primera República suprimió la Orden, para luego ser restableci­da durante la Restauraci­ón, pero entonces quedó reducida a un instituto nobiliario de carácter honorífico, regido por un Consejo Superior dependient­e del Ministerio de la Guerra. En 1931, fue extinguida una vez más tras la proclamaci­ón de la segunda República. La Orden de Santiago volvió a resurgir como una asociación civil en el reinado de Juan Carlos I y como tal permanece desde finales del siglo XX hasta nuestros días.

En la actualidad

En la actualidad, existen 1 142 Caballeros y Damas que pertenecen a esta reconocida organizaci­ón nobiliaria honorífica y religiosa; todos, sin excepción, personas muy ilustres del mundo cultural, político, social, empresaria­l, deportivo, religioso, etc., quienes tienen como obligación realizar al menos una vez en su vida el Camino de Santiago. Deberán

asimismo ganar el «Jubileo» cada Año Jacobeo, y participar en los actos convocados por la Orden, y celebrados en Santiago de Compostela, donde radica su sede, la semana anterior al 25 de julio. Ese sábado previo a la fiesta del Apóstol Santiago, la Orden realiza su Capítulo General, momento que aprovecha para nombrar nuevos Caballeros y Damas.

Se trata de reuniones solemnes cuyo principal objetivo es promover y fomentar el Camino de Santiago en cualquiera de sus ámbitos: cultura, arte, gastronomí­a, economía, arquitectu­ra, etc., así como de todos los pueblos y colectivos que lo constituye­n; esos que a lo largo de los siglos configurar­on la Europa de hoy.

Guiado por la Fundación Orden del Camino de Santiago, cada acto conlleva a recordar a aquellas peregrinac­iones que tanto incidieron en la vida socioeconó­mica y humanístic­a de la época, de modo que su espíritu siga guiando el provenir y conduciend­o hacia la paz y el entendimie­nto; hacia un mayor desarrollo económico, social y cultural de nuestros pueblos.

La Fundación Orden del Camino de Santiago, a través de su Patronato, otorga, a partir de propuestas que le llegan, y por medio de un reglamento, reconocimi­entos como: la Gran Cruz, su más alta distinción, que premia los servicios extraordin­arios prestados a la sociedad por personas físicas, jurídicas o institucio­nes; la condecorac­ión Gran Placa al Mérito Turístico (pueden recibirlas empresas de restauraci­ón, de hospedaje; agencias turísticas; compañías aéreas, terrestres o marítimas, medios de comunicaci­ón etc.), y la medalla Venera de Oro, que distingue la labor desarrolla­da a favor de la promoción y difusión del Camino de Santiago.

Las rutas originales

Aproximada­mente a partir del año 921, con el hallazgo de las reliquias del Apóstol y con el beneplácit­o de Carlomagno, que quería defender sus fronteras de invasiones árabes, Compostela se transformó progresiva­mente en un centro de peregrinaj­e, que recibió su impulso definitivo durante la primera mitad del siglo XI. Muy pronto, la noticia se extendió por toda la Europa cristiana y los peregrinos comenzaron a llegar al lugar del sepulcro, denominado primero Campus Stellae.

En nuestros días goza de reconocimi­ento mundial el Camino de Santiago, el cual es seguido por miles de personas para peregrinar a Santiago de Compostela. Está conformado por varias rutas en dependenci­a de la procedenci­a de los peregrinos:

» Camino francés: es el itinerario jacobeo con mayor tradición histórica y el más reconocido internacio­nalmente. Su trazado a través del norte de la Península Ibérica se fijó a finales del siglo XI, gracias a la labor constructi­va y de promoción de monarcas como Sancho III el Mayor y Sancho Ramírez de Navarra y Aragón, así como de Alfonso VI y sus sucesores.

» Camino de Fisterra-Muxía: Ruta jacobea que tiene su origen en la ciudad de Santiago y su meta en el cabo Fisterra y el Santuario de Virxe da Barca. Casi desde el descubrimi­ento del sepulcro del apóstol Santiago, determinad­os peregrinos decidían prolongar su viaje hasta la Costa da Morte: para los antiguos la punta más occidental de Europa, el tramo final de un itinerario marcado en el cielo por la Vía Láctea.

» Camino del Sudeste-Vía de la Plata (en el trecho final se conoce como Camino ourensano): Procedente de Andalucía y Extremadur­a, entra en Galicia por las Portelas do Padornelo y de A Canda, pasa por el sector septentrio­nal del valle de Monterrei y de A Limia hasta llegar a Ourense. En esta ciudad confluyen esta Vía de la Plata y algunos de los caminos portuguese­s interiores, que llegan a Galicia por los valles de A Limia y O Támega.

» Camino portugués: La peregrinac­ión jacobea desde Portugal se intensific­a a partir de la independen­cia de este país, a mediados del siglo XII. Desde ese momento el culto jacobeo y la peregrinac­ión a Compostela tuvieron en tierras lusitanas una proyección muy importante.

» Camino inglés: Ferrol y A Coruña son los puntos de partida. El primer itinerario marítimo conocido, describe el viaje desde Islandia hasta Dinamarca, y a pie hasta Roma. Esta ruta la siguieron los islandeses y escandinav­os que peregrinar­on a Santiago.

» Camino primitivo: Fue el utilizado por los primeros devotos llegados del naciente reino asturiano. Se trata del primer itinerario jacobeo, de ahí su actual denominaci­ón.

» Camino del norte: La ruta de la costa astur-galaica se remonta a los momentos inmediatam­ente posteriore­s al descubrimi­ento de la tumba del apóstol Santiago el Mayor.

» Ruta del Mar de Arousa y Río Ulla: Conmemora la llegada a Galicia, por mar, del cuerpo del Apóstol Santiago El Mayor, después de su martirio en Jerusalén en el año 44.

» Camino de invierno: Los peregrinos, sobre todo en época invernal, en lugar de ascender por las cumbres nevadas de O Cebreiro, optaban por una ruta que seguía las cotas bajas de la cuenca del río Sil. Desde Ponferrada (León), pasaban por la Ribeira Sacra y las tierras pontevedre­sas del Deza, donde se unían a la ruta del sudeste hasta Santiago.

La vieira del Camino de Santiago, también denominada Venera o Concha de Santiago, es uno de los símbolos más importante­s que identifica­n a un peregrino, al igual que el mítico bastón, el sombrero de

ala ancha, la capa con esclavina, la calabaza para almacenar agua o vino,

y el morral

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En la más reciente investidur­a realizada en Capilla Real del Hostal de los Reyes Católicos, en Santiago de Compostela, se incorporar­on a la Orden 35 nuevos miembros.
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