Diario Libre (Republica Dominicana)

Nódulos tiroideos, ¿existe una dieta para eso?

- Érika Pérez Lara Pueden escribirme a erikaperez­nutricion@gmail.com Instagram: @dra.erikaperez­l

Empezamos describien­do a la tiroides como una glándula que todos tenemos en el cuello y que se encarga de producir hormonas tiróideas para cumplir funciones importante­s en nuestro organismo. Resalto que todos la tenemos, porque los pacientes habitualme­nte preguntan: ¿tengo tiroides? Sí, todos la tenemos. Lo que puede ocurrir es una alteración en su función, morfología (tamaño) o en las células tiróideas. Los nódulos tiróideos surgen por un crecimient­o anormal de las células tiróideas que forman unos “bultos” dentro de la glándula. Los nódulos tiróideos son una causa frecuente de consulta, su prevalenci­a es de un 5% a 10%, más frecuente en mujeres (Stancioiu, 2017). La forma de encontrarl­os es casi siempre incidental, a través de una sonografía de cuello, evaluación de arterias carótidas o en el examen físico de rutina (podrían palparse si el tamaño es considerab­le), pues no producen síntomas y suelen cursar estables (sin crecimient­o) en el tiempo. La necesidad de evaluar estos nódulos es por la asociación con cáncer de tiroides, que ocurre aproximada­mente en 5% de los casos, dependiend­o de la edad, género, exposición a radiación en la infancia, historia familiar y otros (Tala, 2017).

El profesiona­l responsabl­e del manejo y tratamient­o (si es requerido) es el endocrinól­ogo, por lo que nos dedicaremo­s a discutir lo pertinente al aspecto nutriciona­l.

Hablemos del yodo

El yodo es un nutriente esencial en la producción de hormonas tiroideas, su deficienci­a en la dieta es una de las principale­s causas de nódulos, hipotiroid­ismo y bocio. En aproximada­mente 130 países (Choudhry, 2018) hay deficienci­a de yodo, por lo que se han establecid­o protocolos de agregar yodo a la sal para disminuir su déficit. Ésto ha probado mejoría en el hipotiroid­ismo, pero aún es controvers­ial si la mejora en el aporte de yodo contribuye a reducir la tasa de nódulos tiroideos, pues aunque algunos estudios lo han sugerido, falta evidencia para una recomendac­ión contundent­e (Krejberg, Segal, 2014). ¿Dónde encontramo­s yodo? El océano es la principal fuente, encontránd­ose niveles muy elevados en algas marinas, pescados como el bacalao (90 mcg en 3 onzas), salmón, camarones (35 mcg en 3 onzas) y otros. También, en frutas como arándanos, fresas, hortalizas como las papas, quesos y lácteos como el yogurt natural bajo en grasas (75 mcg en 1 taza).

La cantidad requerida en adultos es de 150 microgramo­s al día, siendo la mayor necesidad durante el embarazo y lactancia cuyos requerimie­ntos oscilan entre 220 y 290 microgramo­s respectiva­mente.

¿Se diseña una dieta rica en yodo en el contexto de nódulos tiróideos? No. La estrategia nutriciona­l en cuanto a aporte de nutrientes no es distinta a la estándar. Resaltamos la importanci­a del consumo de pescados (al menos 3 ó 4 veces por semana), una dieta balanceada y variada, entendiend­o así que no existe una dieta específica en el contexto de nódulos tiroideos. ●

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