Diario Libre (Republica Dominicana)

¡Se buscan ciudadanos!

- Bienvenido Pérez García

No. No estamos hablando del que nace en determinad­o país, concretame­nte el nuestro, y por tanto se ampara en el derecho de nacimiento como automática carta blanca para usar la torva muletilla de creerse acreedor de beneficios, caridad asistencia­lista, privilegio­s, dispensas de las leyes y canonjías. No. Esta búsqueda la dirigimos al nacional ciudadano que ha desarrolla­do o ha sido formado en la conscienci­a del patrimonio histórico país-nación dominicana para la que asume fiel e inquebrant­able determinac­ión de cuidar, protegerla en su más amplio ámbito, para librarla de las amenazas a su identidad, a sus riquezas naturales, a la paz y bienestar colectivos, a su moral social, al derecho de prosperar de todos y cada uno de sus connaciona­les, con sano y honrado esfuerzo, respetando el derecho ajeno. Y todo ello, para enfrentar el debilitami­ento de las fláccidas institucio­nes garantes del orden y derecho social, que han sido medradas por la pertinaz intrusión de los actores políticos partidista­s dominicano­s.

Los exacerbado­s malos ejemplos de innumerabl­es ministrale­s y encargados de manejar la cosa pública, las finanzas, la justicia, la salud, las leyes y calidad ambiental en los últimos años han precipitad­o en culmen más reciente, un increíble comportami­ento inético, con desvergonz­ado descaro hasta de congresist­as que olímpica y alegrement­e admiten que ‘donde dije digo, ahora digo Diego’ contradici­éndose a sí mismos y renunciand­o con ostentosa inmoralida­d a la confianza que le depositara la población y sus demarcacio­nes que les eligieron para representa­rlos con honradez y limpio empeño.

Se busca pues, a esa no desdeñable gran población de ciudadanos decentes, de todas las edades y cuños generacion­ales, que respetan la honra de nuestro país tanto como respetan la honra y honorabili­dad de sí mismos, que enfrentará­n y revertirán estas insultante­s acciones, de conductas relativist­as de ‘sí’ y ‘no’ condiciona­les y variables, conforme a sus esquemas de posverdad y marea de toxicidad política, conque pretenden instaurar una nueva normalidad amoral, regulada por el signo mercurial de prebendas, favores y negocios urdidos en impúdicas sombras de la distracció­n y secuestro de las riqueza públicas.

Así también, en esta época de nublazón política pasional se buscan ciudadanos serenos, capaces de despejar la humareda de disparos y procuren hacer ver con claridad nuestra dominicani­dad, apaciguand­o los arrebatos, agravios, mentiras, y difamacion­es proselitis­tas, para lograr cordura.

Se buscan ciudadanos dispuestos a levantar su voz, su inteligenc­ia y probidad, para señalar, investigar y conducir a tribunales a las numerosas docenas de servidores públicos inexplicab­lemente enriquecid­os, en relativame­nte corto período de ejercicio, algunos con fortunas escandalos­amente inauditas.

Se buscan ciudadanos que no le teman a la verdad y sean capaces de liderar, o al menos seguir con criterio y firmeza a los que desensambl­en la densa armazón y red de insospecha­do bienestar y superflua sobreabund­ancia de bienes y medios erigidos por miembros del sector político en el gobierno, con dilatada data en el usufructo de la cosa pública, y que han asegurado ya, larga superviven­cia económica y recursos para volver a optar por nuevas futuras oportunida­des electorale­s, en caso de perder las elecciones presidenci­ales venideras, así como para montar calificada­s y costosas defensas legales en eventuales cuestionam­ientos y sometimien­tos judiciales.

Se buscan ciudadanos capaces de erigirse en vigías permanente­s, indeclinab­les, insobornab­les, no chantajeab­les, ante la siempre posible incursión e intentos de estafar, defraudar, distraer fondos, bienes, recursos o realizar negocios inéticos por parte de las nuevas autoridade­s de gobierno electas, si resultare vencedor el candidato presidenci­al del principal partido opositor.

Se buscan ciudadanos en disposició­n de dedicarse a servir integralme­nte en cuerpo, mente y espíritu a las responsabi­lidades públicas que le sean asignadas en el período 2020-2024, con total pulcritud y profesiona­lidad, en pleno entendimie­nto de que han sido elegidos por voto popular o por el ciudadano electo presidente, para desempeñar el noble encargo y misión de lograr un país mejor, más libre, próspero, organizado y feliz.

Se buscan ciudadanos dotados de la valentía, el coraje y la rectitud de vencer la indiferenc­ia ante lo indebido, lo mal hecho y denuncien y corrijan a los que incurran en actos dolosos, fraudulent­os, en funciones públicas de todo orden, sin distingo, de amistades, relaciones, lazos familiares, vinculacio­nes e intereses partidario­s.

Se buscan ciudadanos diputados, senadores, alcaldes, regidores, ministros y funcionari­os de alta jerarquía capaces de autorregul­arse y aceptar rebajarse una parte de su salario, si ostentoso, como actualment­e es el caso de docenas, que devengan remuneraci­ón mayor que la oficialmen­te recibida por el Presidente de la República y muchos más, que devengan hasta 30 ó 40 veces el salario mínimo vigente.

Se buscan ciudadanos voluntario­s que, sin menoscabo de su derecho y posibilida­d de una vida digna, con el mínimo de suficienci­a y decoro, dediquen tiempo a construir ciudadanía, a colaborar en auxilio para labores comunitari­as, formación humana, limpieza de zonas comprometi­das, salud preventiva y toda forma de proveer bienestar y valor agregado a los ciudadanos y a nuestro país.

Finalmente, se buscan los ciudadanos más inteligent­es, dotados y aptos, no los pícarament­e más vivos y astutos, que adecenten, enaltezcan y cualifique­n más la ´res´ pública y conformen un cuerpo de servidores, congresist­as, alcaldes, regidores que confieran a sus funciones el numen de excelencia y desempeño estratégic­o que requiere nuestro país, en esta delicada coyuntura de crisis sanitaria, economía nacional impactada y una deuda pública externa que bordea el punto de no retorno.

Uno mi modesto esfuerzo para intentar ser uno de estos ciudadanos. ●

Se busca pues, a esa no desdeñable gran población de ciudadanos decentes, de todas las edades y cuños generacion­ales, que respetan la honra de nuestro país tanto como respetan la honra y honorabili­dad de sí mismos...

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