El virus avanza, mientras resurgen enfermedades
Mientras los países pobres luchan por detener el coronavirus, también están contribuyendo de forma no deliberada a nuevos brotes de enfermedades y fallecimientos a causa de otros padecimientos, que las vacunas previenen con facilidad.
Después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la UNICEF advirtieron que la pandemia podría propagarse con rapidez, cuando los niños se reunieran para recibir vacunas, muchos países suspendieron sus programas de vacunación. Incluso en los países que intentaron que siguieran vigentes, los vuelos que transportaban el suministro de vacunas fueron suspendidos por la pandemia y los trabajadores de la salud se dedicaron a combatirla.
Ahora está resurgiendo la difteria en Pakistán, Bangladesh y Nepal. Hay cólera en Sudán del Sur, Camerún, Mozambique, Yemen y Bangladesh. Se ha informado sobre una cepa mutada del virus de la polio en más de 30 países. Y el sarampión está apareciendo en todo el mundo. Según la Iniciativa contra el Sarampión y la Rubéola, 178 millones de personas están en riesgo de no ser vacunadas contra el sarampión este año.
El riesgo es “una epidemia en unos cuantos meses que provocará la muerte de más niños que el Covid-19”, señaló Chibuzo Okonta, presidente de Médicos sin Fronteras en África Central y Occidental.
Los grupos de salud pública ahora están exhortando a los países a reiniciar la vacunación con cautela.
Lo que está en juego es el futuro de una colaboración de 20 años que ha evitado 35 millones de decesos en 98 países por enfermedades prevenibles, mediante vacunas y ha reducido un 44 por ciento la mortalidad de los niños por estas enfermedades, según el Consorcio de Modelos de Impactos de Vacunación, una organización de expertos en salud pública.
La interrupción en el reparto de vacunas también tiene implicaciones considerables para la protección contra el coronavirus. Los mismos servicios que están colapsando por la pandemia, “son los que se necesitarán para distribuir las vacunas contra el Covid-19”, advirtió Katherine O’Brien, de la OMS.
Este iba a ser el año en que la República Democrática del Congo, el segundo país más grande de África, lanzaría un programa nacional de inmunización. La epidemia de sarampión en el país, que comenzó en 2018, se ha seguido extendiendo: desde enero, ha habido más de 60.000 casos y 800 fallecimientos.
Ahora ha vuelto a aparecer el ébola, además de la tuberculosis y el cólera.
Las autoridades sanitarias del país decidieron que las vacunas siguieran aplicándose en las regiones con brotes de sarampión, pero donde no hubiera casos de coronavirus. Sin embargo, la pandemia detuvo los vuelos internacionales que abastecerían los insumos médicos, y en varias provincias se empezaron a terminar las vacunas contra la polio, el sarampión y la tuberculosis.
Cuando finalmente llegaron los suministros a Kinshasa, la capital, los vuelos nacionales ya habían sido suspendidos. El transporte terrestre no era factible por la mala condición de los caminos. Finalmente, una misión de paz de las Naciones Unidas llevó los suministros en sus aviones.
No obstante, los trabajadores de la salud estaban preocupados por infectarse; muchos dejaron de trabajar. Otros fueron delegados para ser entrenados para atender el Covid. El impacto acumulativo ha sido particularmente grave para la erradicación de la polio: alrededor
Han reaparecido el polio, el sarampión y otras dolencias.
de 85.000 niños congoleños no han recibido esta vacuna.
Pero la enfermedad que más preocupa a los funcionarios de salud pública es el sarampión. En 2018 hubo casi 10 millones de casos de sarampión y 142.300 fallecimientos asociados a él, y los programas de inmunización a nivel mundial eran más sólidos, en ese entonces.
Después de que la OMS publicó los resultados de una encuesta el mes pasado, que demuestra que 80 millones de bebés, menores de un año, corrían el riesgo de perder las vacunas de rutina, algunos países, incluyendo Etiopía, la República Centroafricana y Nepal, intentaron reactivar sus programas.
Si la pandemia desapareciera en el curso de tres meses, dijo Thabani Maphosa, director de Gavi, la Alianza de Vacunas, una sociedad de salud creada por la Fundación Bill y Melinda Gates que trabaja con 73 países para comprar vacunas, él considera que la comunidad internacional podría ponerse al día con las vacunaciones en el próximo año y medio. “Pero nuestros escenarios no indican que eso sucederá”, afirmó.