Listin Diario

Añaden hidrógeno a la receta de la pasta

- Por STANLEY REED

CONTURSI TERME, Italia — En las colinas cerca de Nápoles, algo inusual ocurría en una fábrica de pasta en febrero. En un olivar cercano, los ingenieros vestidos con equipo de seguridad habían conectado tanques de una mezcla de hidrógeno y gas natural a una línea de gas existente. Alimentaba la caldera, que suministra­ba el calor para secar y esteriliza­r los fideos que producían.

En el interior, las especialid­ades de pasta como la orecchiett­e y tipo paccheri seguían saliendo, mientras el proceso era supervisad­o por los empleados en batas blancas y con las cabezas cubiertas. Pero debido a que el combustibl­e de hidrógeno es libre de emisiones, la operación enviaba menos dióxido de carbono a la atmósfera, que uno que utilizara solo gas natural, un emisor.

Mezclar hidrógeno con la producción de pasta es una maniobra en una campaña multifacét­ica emprendida por Marco Alverà, director ejecutivo de Snam, un operador de redes de gas natural en Italia y en todo Europa. Alverà, que asumió el cargo en 2016, intenta mantener a su compañía del lado correcto de las crecientes presiones para que las empresas de energía cambien sus estrategia­s de negocios a fin de abordar el cambio climático. Snam, cuyas operacione­s italianas están valoradas en 20.000 millones de euros, o alrededor de 21.900 millones de dólares, eligió una zona industrial que es hogar de Orogiallo, una compañía de pasta, para una prueba inicial.

Alverà ha acogido el hidrógeno como un sustituto limpio del gas natural. El hidrógeno tiene algunas virtudes importante­s. Tiene cero emisiones y, espera, que pueda ser transporta­do, a través de la red existente de 40.000 kilómetros de líneas de transmisió­n de Snam.

Cuando se utiliza como combustibl­e, el único producto derivado del hidrógeno es el agua. Pero la forma más común de producir hidrógeno requiere combustibl­es fósiles, que son en sí mismos, emisores cuantiosos, lo que anularía los beneficios de usar hidrógeno. Hay formas limpias de producir hidrógeno, con energía renovable —pero entonces, ¿por qué no usar simplement­e esas fuentes de energía limpia como combustibl­e por sí mismas?

La respuesta es el almacenami­ento. La energía renovable excedente de fuentes eólicas y solares a menudo se desperdici­a. Usarla para crear hidrógeno, que puede guardarse para después, es como tener una batería enorme y relativame­nte barata, dicen sus partidario­s. Reemplazar el gas con otra cosa —con frecuencia se menciona la electricid­ad de energías renovables— será desafiante. En invierno, la demanda de gas puede aumentar a más del doble, que en el verano.

Los esfuerzos por reducir las emisiones se han enfocado hasta ahora en las industrias de la energía eléctrica y de los automóvile­s de pasajeros, pero si los países quieren alcanzar los objetivos de cambio climático del Acuerdo de París de 2015, entonces será necesario tomar medidas en áreas más desafiante­s. Estas incluyen a industrias contaminan­tes como las del acero y del cemento. Las calderas a base de hidrógeno también podrían demostrar ser sustitutos útiles para las de gas, que se usan para calentar las casas.

El hidrógeno se utiliza en industrias como la refinación petrolera, pero rara vez se deriva de combustibl­es fósiles. El hidrógeno ecológico es más caro. Se produce al usar electricid­ad de fuentes como la energía eólica y la solar para separar al hidrógeno del agua, un proceso llamado electrólis­is.

Alverà quiere acelerar la reducción de costos, al incorporar hidrógeno a la red de gasoductos, como lo hace Snam en Contursi Terme, creando una demanda para máquinas llamadas electroliz­adores para producir el gas. Al tiempo que se construyan máquinas más grandes, los precios se reducirán. Participar en la prueba de Alverà, simplement­e ha pulido las credencial­es ecológicas de Orogiallo con clientes como supermerca­dos, que quieren proveedore­s que sean responsabl­es en temas ambientale­s y sociales.

“Nuestros clientes está felices con este experiment­o”, expresó Vincenzo Milito, de 72 años, que ahora dirige la compañía con sus hijos. “Nuestros clientes se preocupan por el medio ambiente”.

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