Una rutina de policías y controles
Más retenes fijos se instalan en la zona ❚ Inteligencia y agentes de élite en la nueva estrategia
La explosión que el martes cobró la vida de tres miembros de la Armada en Mataje, San Lorenzo en Esmeraldas, alteró la dinámica de seguridad que aplicaban militares y policías en la zona.
La Policía le apuesta a los resultados que brinde la incorporación de uniformados de grupos tácticos -Grupo de Intervención y Rescate (GIR), Grupo de Operaciones Especiales (GOE) y GEMAa las tareas de vigilancia y control. Los comandos han instalado su cuartel de operaciones en el centro de San Lorenzo, en dos hoteles a los que se ha restringido el paso de vehículos y personas. Vallas y cintas amarillas que dicen ‘peligro’ alertan sobre el cierre del paso.
El comandante de la institución, Ramiro Mantilla, dice que desde el atentado del pasado 27 de enero se reforzó el número de agentes. A partir del martes, sin embargo, la presencia de los “mejores hombres de los que dispone la Policía” se incrementó con un nuevo objetivo: cambiar el esquema de control en las vías de ingreso y salida a San Lorenzo.
Los retenes ya no solo serán móviles, sino fijos y se extenderán a Limones, Eloy Alfaro y Borbón. ¿La razón? Cerrar el paso a la logística de las organizaciones delictivas que actúan en la zona de frontera.
Pero eso no es todo. Hay un refuerzo en el sistema de Inteligencia e investigación, sobre todo de la Dirección Nacional Antinarcóticos, que con sus unidades está presente en la zona con decomiso de droga y precursores químicos. Mantilla insiste, en que producto de ese trabajo, los colaboradores del disidente de las FARC, conocido como alias ‘Guacho’ a quien se atribuye la afectación de la seguridad de la zona, siguen siendo capturados. En esos operativos han participado también miembros de Fuerzas Armadas en un trabajo coordinado.
Además de los aviones supertucano que todos los días, desde el ataque al cuartel policial de San Lorenzo, sobrevuelan la frontera, se incorporarán drones. Se espera detectar artefactos explosivos. El cambio de dinámica incluye también capacitación al personal policial y militar para evitar que sean víctimas de los atentados.
En San Lorenzo, la presencia policial se ha vuelto parte de la rutina de los habitantes que quieren retomar la normalidad. A dos kilómetros de Mataje, en plena vía cerca del destacamento naval ocurre algo similar. En el tercer día de controles, quienes salen y entran a Mataje, una de las 24 parroquias de San Lorenzo, saben que deben detener la marcha de los vehículos, abrir puertas, cajuelas y hasta el capó del vehículo para la revisión de los marinos.
SEPELIOS LA FRASE Gruposarmados residualesseatomizan enlafrontera. Reiteramoslapresencia estatalenestazona.
Ellos, fuertemente armados, verifican cédulas e identificaciones. Hacerlo les toma unos cinco minutos. Los chequeos no incluyen personas ni mascotas, solo los vehículos.
El turno de revisión ayer, durante un recorrido hecho por un equipo de EXPRESO, fue para un taxista de Mataje que transportaba a un hombre dedicado a trabajos en aluminio y vidrio. Ellos se dirigían a San Lorenzo para buscar material. Dijeron que no les molestó la revisión. Tampoco tuvo inconvenientes una persona de la tercera edad que volvía a su casa. Él explicó a los uniformados que vive diez años en el lado ecuatoriano y que regresaba visitando a sus nietos en el kilómetro nueve de la vía a San Lorenzo. Una cédula colombiana fue su identificación. Una vez superada la revisión regresó al automotor acompañado por otro hombre, una adolescente y un perro al que llamaron ‘Guffy’.
Los militares también siguen con la tarea de vigilancia. El general Agustín Proaño, jefe de la Cuarta División Amazonas, señaló a este Diario que con el estado de excepción se incrementó la seguridad. Señaló que el personal militar cumple con la atención a todas las llamadas de alerta.
En el puerto de San Lorenzo las actividades tratan de ser normales. Las lanchas hacia sitios como Limones o a La Cascada, salen del puerto en cuanto se cumple con un número de viajeros, previo pago de entre dos y cuatro dólares.
Las actividades nocturnas no se han detenido aunque sí han bajado de ritmo. No muchos se arriesgan a ocupar todas las canchas deportivas del centro para sus actividades. Lo que no se ha detenido es la venta de comida en puestos y locales que solo cumplen la actividad por las noches. Tampoco hay mayor restricción en la venta de cerveza en determinadas licorerías o sitios de expendio.
De la seguridad en San Lorenzo se habló ayer en Esmeraldas hasta donde se desplazaron autoridades como la vicepresidenta Alejandra Vicuña; el ministro del Interior, César Navas y el fiscal Carlos Baca (ver nota adjunta).