Las noches de los parques
Partidos de fútbol, bailoterapias y niños alegres son algunas de las escenas ❚ La jornada nocturna es aprovechada por miles para eliminar el estrés del día
Una nueva jornada, bastante intensa, abre paso al desestrés cuando marcan las 18:00. A esa hora la vida en muchos parques se mueve al ritmo de bailoterapias, caminatas y trotes. La vida renace en esos espacios recreativos con luz artificial. Sin embargo, también hay algunos donde la oscuridad se toma el área y la falta de visitantes los convierte en tenebrosos.
EXPRESO emprendió un recorrido por nueve parques del norte, de los 2.700 que existen en la ciudad. Aeróbicos, partidos de fútbol, deportistas caminando y corriendo, padres con sus hijos, familias enteras, parejas de novios, y encuentro entre amigos, son algunas de las actividades que se observan. Un parque muy popular es el de la Kennedy, que no descansa sino hasta las 22:00.
Maritza cada miércoles acude a él a las 20:00 para un encuentro de motivación. Ella, junto otras madres de niños con cáncer, corre en la cancha para relajarse y prepararse para futuras carreras. Su historia se parece un poco a la de Óscar Hernández, un venezolano de 46 años, quien tiene la misma hora para compartir sus técnicas aeróbicas con otras personas que van al parque Cooperativa Quisquís. Él lleva consigo un parlante e instruye su deporte a otros como agradecimiento a Dios, por haberse recuperado de un accidente que lo postró en la cama por casi dos años.
El parque de la Alborada también se mueve en las noches. Ahí las máquinas para ejercer los músculos no descansan y la alegre música que acompaña a los deportistas contagia los cuerpos que se mueven con más ritmo. Un mínimo de 60 personas se aprecian a las 19:00. “Me gusta venir a desestresarme después del trabajo, es un ambiente fresco”, sostiene Samuel Farías, quien ocupa uno de los asientos.
ACTIVIDAD Y SOLEDAD
EL DETALLE Contraste. El parque infantil La Atarazana también tiene actividad de noche, y frente a él, algunas prostitutas esperan la llegada de sus clientes.
El contraste entre parques también es notorio. En la décima etapa de la Alborada el monte se adueñó de los juegos infantiles y de los asientos de uno de estos espacios. Al sitio no va nadie, ni siquiera los niños de la escuela de enfrente. Solo la cancha recibe visitas algunas noches.
La actividad en otros espacios recreativos se apaga apenas a las 17:30 o 18:00 como el de Los Ceibos, que deja sin ejercicios y recreación a quienes el día no les alcanza. Pero están los que tienen todo para ser divertidos, pero su panorama es triste y tenebroso, el de Urdesa es uno. Además de juegos infantiles, el 90 % son espacios naturales, pero es la sombra de las tinieblas la única que le acompaña cada noche.