La huelga de Glas enfrenta a los exaliados
El Gobierno asegura que el exfuncionario dispone de TV por cable
Sin información oficial del Ministerio de Justicia, la situación del exvicepresidente Jorge Glas, detenido por corrupción en la cárcel de Latacunga, se dibuja entre las versiones de sus aliados (correístas) y sus detractores (morenistas).
Él había anunciado una huelga de hambre hace 17 días.
Pero el consejero presidencial, Santiago Cuesta, asegura que esa “victimización” solo es parte de la campaña correísta para desestabilizar al Gobierno. En declaraciones a Radio Centro, contó que Glas “está protegido, tiene una alimentación especial, no come igual que el resto de los presos”. Y añadió que “tiene un televisor, Directv, que se le ha puesto como facilidad para su recreación, duerme en un ala separada, no tiene contacto con los presos si no lo quiere tener, tiene libertad de movilización”.
Los correístas niegan esa versión y acusan al Gobierno de intentar “manipular el hecho”. En su cuenta de Twitter, Rafael Correa difundió la versión de Rosa Mireya Cárdenas, también correísta, quien habría visitado a Glas en prisión. Según dicha versión, el exfuncionario está tomando agua desde el día ocho de la huelga y desde el día once ha experimentado calambres y mareos. Según ella, solo se le permite caminar una hora al día.