DANILO VÉLEZ GALARZA
Ecuador posee un Estado obeso que se ha convertido en una pesada carga para los individuos y para el sector productivo, puesto que debe ser financiado con niveles crecientes de impuestos y deuda. En el pilar relacionado al sistema legal, reprobamos sobre todo en lo concerniente a independencia judicial e imparcialidad en las cortes.
En el área de comercio exterior, la realidad es similar. Los ecuatorianos tenemos una limitada libertad para comerciar a través de nuestras fronteras. Esto nos convierte en un territorio artificialmente caro, lo que afecta en especial a las personas de menores ingresos.
El componente regulatorio es, asimismo, sumamente restrictivo. En este campo destaca la poco flexible normativa laboral. Regulaciones laborales rígidas suelen estar asociadas a menores tasas de empleo. Por ende, podríamos, en parte, imputarle a la regulación laboral la falta de trabajo que nos aqueja.
Los países económicamente más libres poseen en promedio un PIB per cápita más alto, niveles de pobreza menores, y una mayor expectativa de vida que aquellas naciones con menor libertad. Por consiguiente, avanzar en esta materia es crucial para mejorar el nivel de vida de los ecuatorianos. Los puntos a mejorar han sido identificados; sólo resta proponérnoslo.