Freile se propone establecer el trabajo por horas
El candidato apunta a más venta de petróleo para atender salud, seguridad y educación.
El candidato a la Presidencia por el movimiento Amigo Pedro José Freile plantea “ir al trabajo por horas”, como mecanismo de incrementar el empleo. Dice que en principio lo hará “bajo un régimen de excepción porque si queremos ir primero a la reforma legal, los políticos van a querer negociar con nosotros y esto no es negociable”.
Pedro José Freile Vallejo no es solo el candidato a la Primera Magistratura del movimiento Amigo, sino su presidente nacional. Sin embargo, él no participó en su creación; de hecho, su activismo político surgió en un colectivo ciudadano denominado Quinto Poder. Tras acercamientos con los dirigentes de Amigo, finalmente se “quedó” con la agrupación, que el año pasado fue asociada con el movimiento provincial Mejor, fundado por el exlegislador Daniel Mendoza, sentenciado por irregularidades en la construcción del hospital de Pedernales, en Manabí.
¿Cómo se vinculó a Amigo?
Yo vengo del colectivo Quinto Poder que empezó hace cinco años apoyando protestas sociales en las calles de Quito. Esto nos llevó a explorar varias agrupaciones políticas para encontrar en determinado momento un auspicio. En las elecciones del 2017 apoyamos al binomio de la alianza 21-23 (Guillermo Lasso-Andrés Páez) y luchamos para que se respetara la voluntad popular, pero el candidato no hizo el esfuerzo para lograrlo. Trabajamos desde hace cuatro años en un plan de gobierno con la esperanza de ponerlo en funcionamiento a través de alguna organización. El año pasado hicimos unas asambleas en las que preparamos un manifiesto, en el que pedíamos a los políticos que se jubilaran. La intención era provocarlos para entregarles el plan. Ahí encontramos que unas organizaciones son muy reacias a que les den ideas y otras que básicamente le sacan el letrero de se alquila o se vende.
¿Y Amigo de cuál era?
Tuvimos una comunicación de la directiva pidiendo auxilio. Había empezado ya la carga mediática por el tema de Pedernales y la gente no quería tener nada que ver. Decidimos investigarlo porque parecía ser el más frágil y resultó que sí. Cuando nos acercamos, los directivos accedieron con buen ánimo a que nuevas personas quieran adherirse y tomar el liderazgo. Estudiamos las condiciones del movimiento. Concluimos que su legalidad no iba a ser impugnable.
Pero el partido fue cuestionado porque su proceso de conformación fue, por decir lo menos, raro. Se denunció que compartían los mismos adherentes, sedes, dirigentes, del grupo de Mendoza.
Yo creo que la formación de cualquier partido es rara porque la ciudadanía presume que los políticos son corruptos y no sabe de dónde sacan el dinero para crearlos. Las coincidencias son eso. El valor legal es lo trascendental. Un vehículo jurídico o no está hecho por quienes lo constituyeron en el pasado sino de quienes lo ponen en funcionamiento para el presente y el futuro. Quienes lo dotan de principios, construyen planes y exponen su vida. Soy el presidente del partido y ese INRI con el que nació es una dificultad. Pero donde está el obstáculo está el camino. Vamos a demostrar
«Al devolverle la plata al IESS se empezará a mover la economía del país».
que cualquier basura de organización política puede convertirse en una digna representante de las aspiraciones de los ecuatorianos.
¿Qué le pidieron a cambio?
Nada. Entramos con nuestra gente y participamos en la democracia interna… Por ahí alguien en algún momento nos pasó un pliego de pedidos, pero no les dimos nada.
¿Cuál es el eje principal de su plan de gobierno.
Vamos a desarrollar tres acciones principales durante el primer periodo de gobierno: petróleo, liquidez y agroindustria, estas tres están orientadas a soportar la seguridad, la salud y la educación.
¿Cómo apuntalar el petróleo?
Ecuador necesita plata propia para ponerse de pie. La manera de hacerlo es exportar lo que tenemos: petróleo. Hoy estamos debajo de los 500.000 barriles al día. Sabemos qué pozos están cerrados y cómo pueden rehabilitarse, qué infraestructura mínima se necesita para que en los bloques en explotación podamos duplicar la producción. Hay otro 50% de bloques no explotados donde podemos intervenir. La producción de un millón de barriles diarios a la que le apostamos en los primeros diez meses solo representan llegar al máximo de la capacidad de nuestra frontera explotada, no de reservas probadas. Con ello podemos generar liquidez que se usará en prioridades, y lo primero es devolver la plata a la Seguridad Social porque de ahí no debió distraerse jamás. Además hay que negociar con los acreedores. Si no subimos impuestos, pero generamos esta masa de dinero y se la devolvemos al IESS, los multilaterales verán que Ecuador pasó de la
inconsistencia a la subsistencia.
¿Cómo generará empleo?
Ir al trabajo por horas, en principio bajo un régimen de excepción porque si vamos primero a la reforma legal, los políticos van a querer negociar con nosotros y esto no es negociable.
¿Qué plantea en lo social?
Los servicios de salud deben estar en manos de operadores privados que puedan ser demandables y nos den garantías. Con la independencia de la función judicial que impulsaremos, los que reclamen serán resarcidos. Y el Estado debe ser un gestor de control. Con la pandemia hemos entendido que los sistemas de educación van a cambiar. Tenemos que solucionar la conectividad. Los contratos de las operadoras de telefonía hablan de un fondo de conectividad que no se ha usado y que alcanza para darle internet a un territorio más grande que Ecuador. Además, hay que despolitizar el sistema educativo. Hay verdades oficiales que se han impartido en los últimos 14 años que son puntos de vista subjetivos que caen en el adoctrinamiento. Hasta se ha reinventado la historia del Ecuador con personajes de ficción, como las Manuelas. El tema de la seguridad empeorará en los siguientes meses. La situación económica no va a mejorar. Vamos a reforzar cooperación con países con los que tengamos objetivos comunes, como Estados Unidos en el narcotráfico. Y no estoy de acuerdo con darles armas a los ciudadanos. No podemos armar al hambre. Es garantía de una conflagración civil. (I)