Romero conmueve corazones en Polonia L
os jóvenes salvadoreños que llevaron la voz y testimonio de Monseñor Romero a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Cracovia, Polonia, a través de una obra de teatro musical, no llegaron como actores en buses o transporte especial. Caminaron cerca de tres horas con mochila en la espalda, sus trajes, utilería y accesorios.
Una acción que calza perfecto con su autodefinición: “No somos artistas, sino instrumentos de Dios”.
Se trata de 22 peregrinos salvadoreños, miembros de la ONG católica Fundación Huellas, que participan en la JMJ, son jóvenes de diferentes edades que han luchado para llegar hasta Cracovia. Les mueve el llamado del papa Francisco y la emoción de compartir una misma fe junto a miles de jóvenes.
No solo les movía eso, estos peregrinos tenían doble motivación y un gran compromiso: traer al beato Romero a este evento mundial, su obra “Monseñor Romero: un sendero de justicia” había sido escogida de entre más de 400 solicitudes de 60 países diferentes para ser presentada en el Festival de la Juventud del ya tradicional encuentro mundial de jóvenes con el sumo pontífice.
Con la alegría que les caracteriza, luego de haber caminado por horas, llegaron a Studium Wychowania, allí los esperaba un escenario muy moderno adaptado bajo una carpa gigantesca. La admiración de todos fue evidente. Iniciaron su preparación y antes de salir a escena oraron juntos y pidieron la bendición del beato Romero.
Entre sus espectadores había salvadoreños y jóvenes de otros países, sobre todo polacos, quienes habían llegado hasta allí para conocer sobre la vida y obra de Romero, quizás el más universal de los salvadoreños. El idioma no fue una barrera, pues la fundación subtituló al idioma inglés las canciones y homilías de Monseñor que se ocupan en la obra.
El elenco concuerda en que Monseñor estuvo presente en toda la obra, pues la gente que los veía y ellos mismos estaban conmovidos. En el momento en que se representa su muerte, reconocida ahora como martirio por la Iglesia católica, la audiencia lloró. Un sacerdote que estaba confesando a un costado dejó incluso de hacerlo para ver la función.
Rafael Vega, un joven de 17 años, que forma parte del elenco, asegura que es una bendición y alegría poder presentar una obra sobre Romero en un evento como la JMJ: “Es una bendición porque es una oportunidad de venir a otro país a hablar de nuestro beato y próximo santo. Gracias a él se denunciaron muchas injusticias y aunque no viví ese tiempo, es importante que como jóvenes conozcamos nuestra historia”.
Para él no ha sido fácil llegar hasta Cracovia. Tocó muchas puertas para juntar el dinero y pagarse el viaje. Dejó la pena a un lado y vendió panes con pollo y jamón, hizo tareas a sus compañeros a cambio de dinero, pidió apoyo a sus familiares, entre otros oficios, todo para poder ahorrar la cantidad que necesitaba. Ayer fue su cumpleaños, llevar el mensaje de Romero, dijo, había sido su mejor regalo.
De acuerdo con los organizadores del Festival de la Juventud de la JMJ, hay más de 70 escenarios dispuestos para esta actividad. Aseguraron que la obra de Romero había sido una de las dos que más ha conmovido corazones hasta el momento y que “es una lástima” que ya todo esté organizado, porque es una puesta en escena que merece ser presentada incluso en la vigilia del sábado próximo con el papa Francisco, debido a que el “mensaje y testimonio del beato salvadoreño es valiosísimo”.