Nos escriben de Chapeltique
Estimado don Manuel Mauricio, mi nombre es Narciso Matamoros, soy de Chapeltique, mi mamá se llamaba
Alicia Matamoros y mi papá César Matamoros. Tengo ya 70 años, pero cuando tenía seis años llegaron dos agrónomos extensionistas a trabajar a mi pueblo. Si no estoy equivocado, uno de ellos era usted. Vivían y comían en mi casa y recuerdo que una vez en sus tantos recorridos cruzamos el río en la ruta hacia Guatajiagua, y por supuesto creo que usted me chineó para no caerme en los copantes de piedra. Siempre leo su columna y la de hoy esta 10. Trabajé como economista agrícola durante 30 años en el MAG y para mí la guerra y la reforma agraria le quebraron el espinazo al sector agrario, lo que mantiene al país de rodillas a las remesas. Luego le escribo de nuevo, mientras tanto le envío un fuerte abrazo. Eran los años de 1953 cuando se comenzaron a meter los maíces híbridos en nuestro país y recuerdo la camioneta verde musgo que llevaba las películas a color que se proyectaban en una pared exterior de la casa de Raúl Carballo. Hasta pronto”.
Respuesta. Estimado Narciso: es muy agradable recibir comentarios relacionados con el trabajo de extensión agrícola que realizábamos por los años que usted cita, pues como agrónomos zamoranos jóvenes y con mucha vocación y mística, no nos importaba el lugar donde se requerían nuestros servicios y llevábamos novedades a mucha gente que tradicionalmente se orientaba por el almanaque Bristol que obsequiaban en las farmacias o en el comercio. La camioneta verde a que se refiere, era la unidad móvil equipada con cine, y debido a tanta gente que asistía, los sitios preferidos eran una pared amplia para proyectar las películas con espacio para los asistentes.
Algunos llevaban sillas, pero la mayoría se mantenía de pie por un par de horas y muy atentos a las novedades que llevábamos, como maíces híbridos, fertilización de cultivos, cría y vacunación de las aves y ganado, conservación de los suelos, almacenamiento de forrajes (henificación y ensilaje), control de ratas y gorgojos, lo cual hoy en día es común, pero antes era desconocido.
Me agradan los comentarios que la gente hace de esos tiempos, y hoy en día sigo siendo un extensionista agrícola que teniendo acceso a medios masivos de comunicación, trato de trasladar algunas ideas que puedan ser de provecho a los agricultores, solo que ahora, lo hago en carácter ad hónorem, tratando de hacerlo en forma continua y sencilla, pues me trae recuerdos de un profesor que nos decía: O escribes para la lectura o escribes para la basura. Saludos a todos los buenos amigos de Chapeltique, especialmente a su familia y a usted en lo personal. Atentamente,
Manuel Mauricio Martínez