De la academia a la política
Este domingo se escribe una página más en la historia política de nuestro país, para unas instituciones será de mayor significado que otras la fecha 12 de marzo del 2017. Para los partidos Nacional y Libre sus internas no generan expectativa, pues son casi como ir al cine a ver una película de la cual ya sabemos previamente su desenlace, el cual es la ratificación de sus caudillos como líderes absolutos y totalitarios. En donde está la gran expectación es entre los liberales, quienes tienen una cita impostergable para definir su destino, presente y futuro. Basta ya parar de mirar al pasado con nostalgia, de recordar los días de gloria que ya son muy lejanos, es hora de ponerse de pie y alzar el vuelo con nuevas perspectivas. Le llegó el momento clave al partido (gracias al cual en Honduras se alcanzaron grandes logros y beneficios sociales en materia de reforma agraria, salud, educación, vivienda, y protección social) para que conjuntamente los de la vieja guardia como los jóvenes mediante su voto den un giro de timón claro y contundente para negarse a morir como institución política y entrar en la oscuridad. Los liberales, que fueron traicionados por aquellos que usurparon su principios, no solo quedaron divididos, flagelados, heridos… sino que también desorientados y sedientos de un nuevo liderazgo que hoy por hoy encarna Luis Zelaya, exrector de una universidad privada. Que un candidato joven y brillante surja de la academia a la política es un mensaje positivo para Honduras y el mundo, su aparición en la arena política es más que oportuna. No hay duda que entre las opciones es la que más le conviene al partido de las generaciones eternamente jóvenes… si estaban buscando un candidato liberales… ahí lo tienen.