Fungió como jefe de la UMEP número 1. También fue jefe departamental en Lempira y en Copán.
El exoficial estuvo involucrado indirectamente en la muerte del hijo de la rectora Julieta Castellanos y un amigo, al permitir que varios policías se escaparan. En la actualidad es investigado por el TSC por supuesto enriquecimiento ilícito, al no poder justificar un patrimonio de L 27 millones.