Diario El Heraldo

LA CARAVANA DESBORDA LA FRONTERA CON MÉXICO

Migración Unos 5,000 hondureños se agolparon en la frontera de Chiapas, México, y botaron portones para ingresar abruptamen­te. Madres con sus hijos y ancianos corrieron en estampida en su camino hacia EE UU

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A México entraron a la fuerza. La caravana de hondureños hizo de tripas corazón y su debilidad por el duro recorrido en Guatemala quedó emancipada en las vallas de hierro aztecas que lograron superar. Con empuje firme y muchos más adeptos la travesía sigue.

En el enfrentami­ento decenas de ellos resultaron lesionados, otros capturados, pero siguen. Estados Unidos los espera bajo la amenaza de no permitir de ninguna manera que puedan ingresar.

Pero los hondureños no pierden la esperanza. “Mi mensaje para el presidente de Estados Unidos es que se ponga su mano en el corazón y que nos ayude, sabemos que aquel país no es nuestro, pero en nombre de todos los hondureños que vamos aquí yo le pido al presidente Trump que nos apoye”, dijo Doris Canales (54).

Por su parte, en Honduras las autoridade­s policiales tratan de impedir que más hondureños abandonen el territorio y pongan en riesgo su vida y la de sus seres queridos.

Batalla

Pasada la 1:00 PM, el puente sobre el río Suchiate que divide Guatemala de México empezó a temblar ante los pasos decididos de la caravana.

Una marea azul y blanco alentada por consignas de victoria empezaba a colmar el ancho de la calle sin deseos de parar.

Frente a ellos un nutrido contingent­e policial identifica­do con las insignias mexicanas estaba parado delante de unas vallas amarillas, con la instrucció­n precisa de mantener el orden y permitir pasar a grupos de 50 personas.

Helicópter­os de las fuerzas de seguridad sobrevolab­an la zona fronteriza mientras mi grant es, funcionari­os y activistas comentan sobre su in cierto futuro en la frontera.

“Se les pide que nombren una comisión para que dialoguen con funcionari­os del Instituto de Migración (de México). No sigan poniendo en riesgo a los niños y mujeres”, gritaba un oficial por un altavoz mientras la multitud forcejeaba con decenas de policías para cruzar la frontera.

La determinac­ión de las autoridade­s de dividirlos para solicitar documentac­ión no caló de la mejor manera en los hondureños, que se resistían a quebrantar la unidad en varios fragmentos.

Inquietos por la demora, los que iban atrás de la caravana comenzaron a presionar a los de enfrente que no tuvieron más opción que empezar a luchar.

Las autoridade­s mexicanas trataron de brindar respuesta, pero los 200 efectivos que habían destinado no fueron suficiente­s ante las más de 5,000 personas que se han sumado a la caravana hondureña.

Ante la presión, las vallas de hierro amarillas empezaron a ser superadas hasta que los portones fueron abiertos parcialmen­te por la autoridad que urgía evitar un desastre.

En veloz carrera centenares de hondureños empezaron a cruzar el largo del puente para entrar a tierras aztecas.

En la desesperac­ión por recuperar el orden, el contingent­e uniformado mexicano empezó a disparar gas lacrimógen­o y balas de goma, para repeler el avance.

Las mujeres y los menores de edad fueron los que más sufrieron en el enfrentami­ento dejando a muchos con insolación o desmayados en la tierra. Los más astutos hicieron frente a la represión con lo que tenían por delante, pero sin daños que lamentar.

El orden se recuperó parcialmen­te luego de que la policía logró cerrar el acceso principal de la frontera dejando divida la caravana en dos grandes grupos de personas.

Se lanzaron al río

Ante la desesperac­ión de quedarse atrás y ver cómo el grupo que logró cruzar la frontera empezaba a avanzar, muchos buscaron opciones.

Así que en cuestión de minutos decenas de hondureños y de otras nacionalid­ades que se han sumado comenzaron a cruzar la frontera a través de las aguas del río Suchiate.

Algunos se arriesgaba­n nadando mientras las mujeres eran asistidas por hombres a bordo de canoas improvisad­as a base de madera y grandes neumáticos.

Por su parte, un buen grupo de migrantes que estaba en el puente fue alentado por los que realizaban la odisea por el agua y comenzaron a lanzarse unos tras otros. Ante la escena de peligro muchos defensores de los derechos humanos les pidieron que no siguieran realizando tan peligrosa maniobra. Cuando los ánimos se calmaron, los dos grupos (el que cruzó y el que se quedó del otro lado) comenzaron a organizars­e bajo la promesa de que llegaron hasta esa instancia juntos y que así deberán permanecer durante la ruta.

Por su parte, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México dijo que el gobierno estaba ayudando a miembros de la caravana que ya habían ingresado a territorio mexicano, explicándo­les las opciones que tenían por delante y asistiendo a los que querían pedir el estatus de refugiado. Se espera que el grupo unificado retome su camino hoy a la frontera con Estados Unidos

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(1) El puente sobre el río Suchiate que separa a Guatemala de (3) Decenas de migrantes, al no poder pasar por el puente, optaméxico luego de enfrentars­e a las autoridade­s del país azteca.

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