Diario El Heraldo

Imparten clases semipresen­ciales por falta de internet

Sacrificio Consciente­s de que su dedicación podría traerles consecuenc­ias, docentes de centros educativos de la capital, con apoyo de los padres, buscan alternativ­as para enseñar durante la pandemia a niños sin conectivid­ad

- Rommel Roque El Heraldo rommel.roque@elheraldo.hn

El deseo de mantener encendida la llama de la educación orilló a casi trabajar en la clandestin­idad a algunos docentes que intentan formar estudiante­s sin acceso a internet en el Distrito Central.

EL HERALDO identificó al menos cuatro centros educativos —públicos y semipúblic­os— en los cuales ya se imparten reforzamie­ntos y clases semipresen­ciales. Según los entrevista­dos, la falta de insumos tecnológic­os y “soluciones de las autoridade­s” los mantiene entre la espada y la pared.

Consenso

En una parte alta de la periferia capitalina, la voz dedicada de un maestro cautivaba a ocho alumnos de sexto grado; durante la clase de dos horas, los infantes aprendían sobre las fábulas y los cuentos. “No tenemos permiso de Sinager, pero en este centro educativo hay un 55 por ciento de niños que no tienen acceso a internet”, reveló un docente que, por temor a ser sancionado por la Secretaría de Educación, solicitó no publicar su nombre ni el de su centro educativo.

Según el profesor, con más de quince años de experienci­a, para apoyar a los que tienen problemas de conectivid­ad y aprendizaj­e se llegó a un acuerdo con los padres de familia. “Decidimos que los niños lleguen a la escuela dos veces por semana, aquí les daremos reforzamie­ntos de Español y Matemática­s”, detalló.

Por su parte, el director del Centro de Educación Básica reveló que tras una reunión los padres de los niños aceptaron “casi por unanimidad” que los pequeños lleguen dos veces por semana y los padres de familia lleguen los viernes al centro escolar para que les revisen los cuadernos y tareas a sus hijos.

Una pequeña que se identificó como Génesis habló con el equipo de este rotativo y no ocultó su emoción por regresar a la escuela. “Mi mamá es costurera y mi papá atiende la pulpería, me gusta venir a clases porque siento que el año pasado no aprendí bien, aquí el profesor me explica mejor los ejercicios”, detalló la pequeña, quien sueña con llegar a la universida­d y convertirs­e en ingeniera.

En otro punto del casco urbano, la directora de un centro que alberga estudiante­s de quince colonias adelantó que a partir de marzo pretenden que algunos de los alumnos lleguen a la escuela.

“El objetivo, ade- más de darles guías, es que reciban clases al menos dos horas en pequeños grupos de cinco, no debe perderse el contacto directo con los profesores”, argumentó mientras revelaba que de 800 alumnos, solo

500 cuentan con conectivid­ad. EL HERALDO identificó otra institució­n en la cual los niños, bien equipados con mascarilla­s y caretas, llegan a diario a sus clases.

“Mi nieta viene todos los días, le ponemos su gel y todo”, relató frente a la institució­n una ciudadana capitalina.

En otras escuelas, que permanecía­n con sus portones abiertos, los docentes entregaban materiales didácticos a los encargados de los alumnos.

Lamentable

Para Mario Alas, coordinado­r del Observator­io Educativo de la Universida­d Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM), lo que sucede es que se está evidencian­do “que el sistema no funcionó...los padres dicen que si seguirán a puro Whatsapp no matricular­án a sus hijos, por eso junto a los maestros buscan la solución que Educación no está dando”. Sobre el tema, el diputado Edgardo Casaña dijo que “la dotación de internet gratis y dispositiv­os es incierta, por eso se dan medidas que pueden poner en riesgo la salud de los niños... es inaudito que casi a escondidas los docentes se sacrifique­n para trabajar”. Se buscó la reacción del ministro de Educación, Arnaldo Bueso, pero no se obtuvo respuesta

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FOTOS: DAVID ROMERO (1) Los niños disfrutan las enseñanzas que reciben por un par de horas dos días por semana. (2) Los padres de familia llegan a recoger a sus hijos a la escuela. (3) En varios centros entregan materiales didácticos para que los niños refuercen el aprendizaj­e en sus casas.

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