Verano e invierno
En cualquier parte del globo terráqueo, la mejor estación ha sido y es el verano, especialmente para promover el turismo. Motivo por el cual las principales actividades de las autoridades competentes de este rubro conocido por la industria sin chimenea se realizan en temporadas de sol. En Honduras, específicamente los meses de marzo y abril son los que albergan la Semana Santa y el flujo de turismo nacional e internacional es impresionante y los resultados económicos son grandiosos. En este año 2018, según datos de fuentes gubernamentales, la presencia de turista nacionales e internacionales sobrepasó los 3 millones que visitaron los diferentes balnearios y lugares turísticos a nivel nacional, dejando un derrame financiero aproximado de 7,000 millones de lempiras. Según datos del Instituto del Turismo, este renglón económico creció 30% en este último feriado religioso. Llamado: ‘Verano 2018 Honduras te espera’. Siendo el principal elemento de estas actividades el verano característico del tercer y cuarto mes del año. Respecto al segundo largo feriado en el mismo año que se celebra desde el año 2015 con la intención de promover turismo, pareciera que no han obtenido los resultados deseados. Empezando que el mes de octubre ha sido tradicionalmente una temporada lluviosa y hasta de catástrofes naturales, la memoria de los hondureños está fresca y aun el luto les embarga y los daños materiales todavía hay algunos sin repararlos, después de ese mal recordado huracán Mitch que se registró el 22 de octubre del año 1998. Además estos extensos asuetos especialmente gubernamental es son desproporcionados y los beneficiados son un minoritario sector vendedor de servicios y productos. Pues la mayoría de los 9 millones de la población hondureña se convierte en víctima del consumismo en un país llamado Honduras.