Gran día
La suerte está echada es la expresión clásica para, finamente, señalar que “todo está cocinado” y solo falta llevarlo a la mesa, y allí los comensales reconocerán el sabor del plato. La alusión no es tan alejada de la jornada electoral de medio mandato en este día, en la que sobre cada uno de los candidatos, representantes, senadores y hasta gobernadores habrá una decisión popular, pero en un nivel superior dentro y fuera de Estados Unidos se espera, con ansiedad, el resultado que se ha unido al desempeño de la polémica administración Trump. Y no es para menos, puesto que el titular de la Casa Blanca ha entrado de lleno, con todos los recursos que le proporciona el poder, al proselitismo electoral con un claro letrero en la frente, demócratas no, a los que llegó a calificar como enemigos de la nación. Puede resultar extraño que no haya utilizado, con prioridad, en sus mítines el buen momento de la economía norteamericana, en auge por la visión cortoplacista del proteccionismo. La Unión Americana experimenta uno de los mayores períodos de expansión de su historia. Lo que venga es otro cantar, pues ya trasciende la posibilidad de otra próxima gran recesión y de la escasez de recursos para afrontarla. Lo que en otros lugares y circunstancias alimentaría el discurso, sostendría la risa de oreja a oreja en las entrevistas, multiplicaría las fotografías con gente “feliz”, no se ha producido en la intensa batalla electoral, en la que el intento por sembrar el “miedo”, léase “pánico”, se ha utilizado como arma arrojadiza contra la oposición demócrata. Asimismo, los invasores que llegan o la amenaza del sistema “socialista”, que unos pocos miles usarán como semilla en un campo de millones y millones de ciudadanos. Más que absurdo, pero de que pega, pega. Seguramente, el miércoles se verá en los electores el efecto de la invasión o el peligro del socialismo, no sabemos si se refiere Trump al fracasado con estrépito en Europa o al que se encamina a la desaparición, aquel calificado de siglo XXI. La potencia capitalista “tiembla”, es solo arma para quienes, en los últimos años, han incrementado la discriminación en todas sus expresiones y han fortalecido y expandido el supremacismo. En pocas palabras, aquel elemento histórico “inmigrantes” que hizo de Norteamérica la gran nación no solo desapareció por decisión burócrata, sino que alimenta el ambiente de crispación insostenible. Hoy es el gran día con unas elecciones, de medio mandato, de las más reñidas de la historia que pueden dividir el poder, para salud de la democracia, o concentrarlo, monopolio político, a semejanza de los que se desarrollan en el ámbito empresarial, muy a gusto del magnate presidente.