BLANCA VILLELA
Y su lucha por los derechos de la mujer
“EL EMPODERAMIENTO FEMENINO NO ES UNA GUERRA DE GÉNERO”
El movimiento global de empoderamiento femenino hace eco en nuestro país y se manifiesta a través de personajes como Blanca Vil le la, fuerte y con carácter pero humana y sensible, dispuesta a despertar con ciencias, tenderla mano a otras mujeres y romper barreras y liderarlos cambios. Yes que tal como suele decir, “Si no cambiamos nada, nada cambia”.
No me defraudó en lo absoluto. Blanca Villela resultó ser la mujer que imaginaba...y mucho más. Una jornada de conversaciones bajo las luces de las cámaras fue suficiente para descubrir algunos de sus rasgos más evidentes: carácter, seguridad, conocimiento, fuerza interior, entusiasmo contagioso, inteligencia y convicciones profundas. Sin duda, mucho de lo que se necesita para cumplir el perfil de una mujer empoderada, esa que ella representa y que impulsa a través de su trabajo, como conferencista, voluntaria o como mentora.
A decir verdad todo lo que ha sucedido en su vida la preparó para este momento, la forma y los valores con los que creció, sus estudios y su trayectoria profesional, la que ha escrito durante poco más de dos décadas en Cargill.
Blanca nació en Tegucigalpa, pero cuando tenía cinco años, debido al trabajo de su padre, se trasladaron a San Pedro Sula junto a su madre, sus hermanos y su abuela, a la que califica con cariño como su hada madrina. Los ejemplos que marcarían su vida siempre estuvieron presentes, “mi mamá trabajó en áreas que no eran ‘tradicionales’ para mujeres, era responsable de áreas de informática de grandes empresas y bancos. Ella me enseñó que se podía ser excelente mamá y tener un trabajo exitoso. Mi papá también me enseñó a trabajar y no ‘rajarse’ ante nada, que todo trabajo es digno, él ha sido siempre un hombre responsable y cariñoso con su familia, con carácter fuerte que ayudo también a moldear el mío”.
Desde su adolescencia se perfilaba como una líder. Siempre rodeada de amistades, involucrada en eventos de la escuela, actividades extracurriculares y voluntariado, Blanca destacó en sus estudios en el Instituto La Salle, donde se graduó de bachiller a los 16 años. Luego estudió derecho en la Universidad de San Pedro Sula. Su meta siempre fue graduarse rápido para poder comenzar a trabajar y así fue, en octubre de 1995, cinco meses después de recibir su título como licenciada en ciencias jurídicas y sociales, fue contratada como asesor legal junior en Cargill.
ESTILO: Su primer trabajo se ha extendido por más de dos décadas, ¿cómo resume esa trayectoria?
BLANCA: Desde mis inicios mi experiencia laboral ha sido envidiable, llena de respeto, apreciación y oportunidades. Cargill me terminó de formar como profesional y como persona. Una de las cosas que más aprecié y aprecio de trabajar en la empresa es que nunca me han pedido hacer cosas que vayan en contra de mis creencias o valores. Una empresa que me enseñó que se puede ser exitoso, jugando limpio, cumpliendo las reglas y respetando a los demás, que me enseñó desde temprano la importancia del respeto y desarrollo de empleados, involucramiento con las comunidades, ser un ciudadano responsable con sus impactos y en general a hacer lo correcto aún cuando fuera en prejuicio de los intereses de la empresa, por lo anterior, liderar un equipo legal fue fácil y satisfactorio. Ahí conocí y sigo conociendo e interactuando con excelentes líderes, personas que me han apoyado e inspirado en cada etapa de mi carrera y vida personal. En esos tiempos cuando no se hablaba o se hablaba muy poco de paridad de género, tuve jefes que entendían mis necesidades, que apoyaron mi desarrollo profesional (Cargill me dio la beca completa para cursar mi maestría en administración de empresas), trabajando ahí me casé e inicié una familia y por ejemplo cuando cada uno de mis dos hijos nació tuve la bendición de poder estar con ellos en casa a tiempo completo los primeros seis meses, Cargill hizo todo el acomodamiento y acompañamiento para ayudarme a iniciar mi familia con éxito sin perder relevancia y oportunidades laborales, además de tener un equipo, unas compañeras y compañeros de trabajo que me apoyaron en todo momento. Sus líderes han confiado en mí en situaciones y oportunidades que yo misma no pensaba poder cumplir, desde liderar un equipo de abogados a nivel regional, manejar un negocio, liderar iniciativas globales y ahora encargándome de alguna forma, su reputación. Además de ser escuela y segundo hogar, me ha regalado excelentes amistades y relaciones. Modelos a seguir y personas fuentes de inspiración.