CÓMO CUMPLÍ MI SUEÑO
Cuando empecé a trazarme metas hace cinco años, casi me parecían inalcanzables. Sin embargo, invoqué la promesa: «Dios hará que esto suceda, porque Aquel que los llama es fiel» 1. Con Su ayuda, pues, me aboqué a ello. Mi plan era redactar y crear miles de páginas de textos de buena calidad para promover la fe en los niños.
Estos eran los obstáculos que afrontaba:
Cuidaba todo el día a mis hijos pequeños, que tienen necesidades especiales, por lo que casi no disponía de tiempo para mí. Falta de formación profesional. No vivía cerca de amigos o familiares que pudieran ayudarme. Algunas complicaciones de salud. Escasez de recursos.
Por otra parte, tenía algunas cosas a mi favor:
Equipo: computadora portátil y conexión a Internet, dictáfono y cámara. El aliento de mi marido. Niños con un ansia voraz de que les lea todos los días relatos nuevos. Amigos a distancia que apoyaron mi plan y colaboraron todo lo que pudieron con las tareas de redacción, corrección, ilustración y fotografía.
Se me ocurrieron los siguientes principios de trabajo:
Oración y más oración, y recabar el apoyo que me puedan prestar otros en oración. (Cuando oro, se palpan los efectos. Cuando no oro, y me imagino que los progresos vendrán espontáneamente, todo se detiene.) En cierta ocasión, Thomas Edison atribuyó su éxito al hecho de «no mirar el reloj». Siempre que tengo unos momentos libres — aunque sean unos minutitos—, me lanzo a trabajar. No importa si es de día o de noche, ni en qué humor me encuentre. Visualizar la meta y tener el convencimiento de que es posible alcanzarla. Aprender sobre la marcha, teniendo en cuenta las observaciones, inquietudes e indicaciones de niños, revisores, profesionales, viejos amigos e incluso de gente que nunca he conocido en persona y con la que tengo contacto por Internet. Concentración. Optimismo y satisfacción con lo que hago, y el deseo de descubrir las oportunidades que encierra cada día. No hacer planes muy rígidos, ya que tienden a frustrarse; dejar más bien que Jesús me guíe paso a paso.
Resultado:
Más de 1.200 archivos terminados —miles de páginas— de libros para todas las edades, cuentos ilustrados, material didáctico, etc. que ya están en mi sitio web. Mi sueño de poner a disposición de quien lo necesite todo un caudal de información estimulante y motivadores recursos educativos se ha hecho realidad, y cada día voy añadiendo más.