¿A qué sabe lo extraordinario?
Rosas de Bulgaria, pepinos de Holanda y 11 inusuales botánicos destilados e infusionados artesanalmente en una ginebra, ¿te atreves a probarla?
Un diseño vintage presenta las instrucciones con la receta perfecta para acompañar a esta ginebra, pero antes de llegar a ellas está inscrito en mayúsculas “NO ES PARA TODOS”. Pareciera que retara a beberla. Y sí, Hendrick’s Gin fue creada para los aventureros, los curiosos, los excéntricos; aquellos aburridos de las mismas presentaciones, el protagonismo y la pretensión. Desde 1999, Hendrick’s es el resultado de una de las pocas firmas destileras que aún permanece en familia, William Grant & Sons. Cada trago de este elíxir de dioses presume las cinco generaciones de experiencia y herencia que la componen, aunadas al toque botánico de la creadora Lesley Gracie, una mujer que, sin duda, nació para enamorar a través de sus bebidas. Desde temprana edad experimentaba con la naturaleza en la creación de tés para su familia. Cada sorbo de la ginebra permite degustar las 11 hierbas comunes, con la dosis perfecta de extravagancia que permanece en el paladar, la obra maestra de Gracie: la infusión de la rosa búlgara Damscina y el pepino holandés. Un cuidadoso tratamiento con dos alambiques distintos da vida a este secreto familiar resguardado por una botella de diseño victoriano creada para atraer a quien anhela lo extraordinario.
Lo que a Hendrick’s le interesa transmitir es la historia y el mensaje que plasman casi artísticamente en cada una de sus notas: atreverse a vivir, a reír, a experimentar. Perder el miedo a la incertidumbre que conlleva estar vivo. Hendrick’s toma esa sensación y la transforma en una confluencia de elementos botánicos que, contra todo pronóstico, logran la ginebra súper premium más inusual.