El INE, la Mañanera y el “Cállate chachalaca”
El INE, en concordancia con lo que ya había dictado en las elecciones locales de años pasados, cuando pidió que la conferencia matutina no se transmitiera en los estados en que había procesos electorales, recomendó ahora que durante el proceso electoral no se transmitan de manera íntegra por los canales del Estado o privados. Eso no quiere decir, aclaró el presidente Lorenzo Córdova, que no se realicen las ruedas de prensa (lo de ruedas de prensa es un decir, diría Salvador Camarena) mucho menos que no se informe en los medios y redes sobre el contenido de éstas. El presidente respondió que acudirán a las instancias judiciales para pelear esta resolución del INE y soltó a las huestes de Claudia Sheinbaum (a quien le urge que se hable de otra cosa que no sea las diversas crisis de la Ciudad de México) para abajo a acusar al INE de censura.
Qué corta es la memoria o qué fácil caen los políticos en eso que critican. Fue el propio López Obrador quien, en la campaña de 2006, ante los imprudentes comentarios de Vicente Fox, que comentó la propuesta del entonces candidato a la presidencia del PRD de reducir los precios de las gasolinas, misma que acusó de populista, le espetó el famosísimo “cállate chachalaca”. En su alegato de fraude del 2006 López Obrador dijo que el presidente había influido de más con sus discursos durante la elección. En ese punto en particular el Tribunal le dio la razón.
Nos puede gustar o no la fórmula del “cállate chachalaca” que usó el entonces candidato, misma que no pocos la consideraron ofensiva para la “investidura presidencial”, pero tenía razón. Hoy los papeles han cambiado y le toca al presidente López Obrador no solo cuidar la investidura, como tanto le gusta referir, sino aprudentar. Nos puede gustar o no la norma que limita a los presidentes en sus actos y comunicaciones en tiempos electorales, pero esa es la que está y está ahí en gran medida por las protestas y propuestas que hicieron en su momento los que hoy son gobierno.
Nadie debe decirle al presidente que se calle, solo que cumpla con la ley.
Nadie debe decirle al presidente “Cállate chachalaca” pero alguien, y ese es el INE, le debe recordar cuáles son los límites de su actuación en tiempos electorales.