El Banco de España da por perdido el 70% del rescate y evita hacer autocrítica de la gestión de la crisis
El Banco de España publica su informe sobre la crisis exculpándose de la falta de previsión y señalando a la politización de las cajas de ahorro El Gobierno rechaza que el rescate a la banca saliera de los fondos públicos
Casi una década después, el tamaño del agujero económico dejado por la reestruración de las antiguas cajas de ahorro sigue abierto con un elevado coste para el contribuyente: a día de hoy, un 69% de los recursos públicos destinados a recapitalizar las entidades intervenidas por la crisis se dan por perdidos mientras que sólo tres de cada 10 euros aportados son recuperables.
El Banco de España hizo público ayer su Informe sobre la crisis financiera y bancaria en España, 20082014, un documento que pretende aportar como base a la comisión de investigación abierta en el Congreso sobre la crisis financiera, el agujero y el rescate de las cajas de ahorro, un proceso que a pesar de gestarse al comienzo de la pasada década y estallar en 2008, sigue vivo en términos financieros, judiciales y, ahora, políticos.
Los recursos destinados a recapitalizar entidades como Bankia (22.424 millones de euros) o Catalunya Banc 12.052 se han mezclado en estos años con procesos judiciales a las cúpulas de estas entidades que han destapado conductas irregulares mantenidas durante años que agravaron su ruina y convirtieron el rescate en una cuestión de emergencia nacional.
Con inyecciones de capital de 64.000 millones de euros más otro tipo de garantías por más de 12.000 millones de euros sobre una quincena de entidades se pudo evitar la quiebra del sistema, pero el papel del Banco de España y su responsabilidad como supervisor a la hora de prevenir y atajar el rescate será discutido en la comisión.
«No se puede decir que el Banco de España no hizo nada, puede que fuera insuficiente, pero se actuó», se defendió ayer la institución. Es la primera vez que el organismo elabora un documento de estas características sobre la peor crisis sufrida por España y por esta razón trató de limitar al máximo las conclusiones al advertir que la intención «no es exculpar de nada al Banco de España pero tampoco autoinculparlo de nada. Se dice lo que se pudo haber hecho y lo que se hizo. Que lo juzgue la comisión parlamentaria».
El informe tiene un carácter descriptivo al establecer el origen macroeconómico de la crisis bancaria, su desarrollo y las herramientas con las que se combatió. «El avaluador no se evalúa», indicó ayer. En la parte final, hace balance. Hasta diciembre de 2015, el organismo presidido por Luis María Linde establece un coste total de 60.613 millones de euros netos por el proceso, de los que 39.542 millones de euros proceden de los contribuyentes. Hoy, sólo un 31% de esta cantidad –12.198 millones de euros– es considerada «recuperable» por el supervisor.
El Banco de España añadió con posterioridad a la presentación del informe un cálculo a partir de cifras del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y el Fondo de Garantía de Depósitos (FGDEC) en el que asume que recuperarán unos 16.337 millones de euros (incluyendo 3.466 millones ya recuperados) de las ayudas concedidas, lo que supone un 21,4% del total recibido, que asciende a 76.410 millones de euros, si bien habrá que esperar a que termine el proceso para conocer la cuantía exacta.
El Gobierno, que en su momento aseguró que el rescate no costaría un euro a los contribuyentes, insistió ayer en que las estimaciones sobre la evolución de los pagos y cobros serán provisionales hasta que el proceso concluya. El caso más importante, el de Bankia, no concluirá hasta que el Estado abandone el capital de la entidad, donde controla un 66%. Así, el ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos, aseguró que el Gobierno espera recuperar «lo máximo posible», ya que «Bankia vale muchísimo dinero».
Para el supervisor gobernado por Linde y sus predecesores, Fernández Ordóñez y Caruana en el periodo analizado, las causas de la crisis fueron un compendio de situaciones que no se pudo prevenir con las herramientas regulatorias de que disponía en el momento. Su mayor error asumido es pensar que los desequilibrios de la economía se «corregirían gradualmente», lejos de la recesión desatada desde 2008.
La política económica, el endeudamiento de familias y empresas, la burbuja inmobiliaria... son los «agentes económicos» que, en opinión del supervisor estuvieron más implicados en la gestación de la crisis. Sólo las desaparecidas cajas de ahorro son señaladas en concreto como un agente especialmente activo. Y lo son por estar dirigidas por unos órganos de gobierno en los que las Comunidades Autónomas las consideraban «un instrumento relevante de su actuación política y económica».
El motivo con el que explica, en su opinión, las limitaciones del Banco de España a «un enfoque más prospectivo y eficiente en la prevención de la crisis a escala tanto global como nacional» fue «la escasa implantación a escala internacional de esquemas de identificación temprana de riesgos financieros de carácter sistémico y de herramientas de política macroprudencial».