José Luis de Anda
1952. Lunes 15 de septiembre. Estoy en el colegio Ignacio Zaragoza, y he sido asignado para ser miembro de la escolta como uno de los 4 que orgullosos protegemos el lábaro patrio. Al escuchar el redoble que la banda de guerra entona en armonía con las cornetas; la piel se enchina y el brazo levantado se cruza en el pecho. Los alumnos de los diferentes grados agrupados en diferentes columnas, entonamos el himno nacional que se esparce por encima de los muros que rodean la finca.
La maestra Conchita, que nos daba clase de historia y civismo; tenía la virtud de regañar sin “regañar”. Era un “dulce” aun enojada. De ella aprendimos a respetar la bandera tricolor con el águila devorando una serpiente parada sobre un nopal. Valores que algunos conservamos aun después de MUCHOS años transcurridos.
Ciertamente existen limitaciones para el uso de los símbolos patrios. En un mes de septiembre, hace algunos años; en lugar de colocar la bandera en la antena de mi camioneta (como la había hecho desde adolecente), lo hice a lo largo del cofre. (Igual lo hacían muchos choferes de camiones de carga) y circulando por la carretera 45 de sur a norte, me tope con un reten militar. Grande fue mi problema, porque apenas me detuve, uno de los oficiales de bajo rango en tono alto y amenazante me dijo: ¡Que falta de respeto tienes! ¿Cómo te atreves mancillar a la bandera colocándola en el cofre? Atemorizado bajé e intenté argumentar mis razones. Ni chance me dio, porque aumentó tanto el tono, que mejor me quedé sin responder.
Afortunadamente en ese preciso momento pasaba un militar de rango mayor, y el bajando de su vehículo preguntó. ¿Cuál es el problema? El soldado no articuló palabra, teniendo yo que contestarle. Una vez el Coronel conoció la aparente falta; con firmeza pero respetuoso arengó al teniente responsable del reten; y en tono amable me felicito por manifestar orgullo por el lábaro patrio, al tenerla colocada en todo lo ancho y largo del cofre. La bandera es el símbolo que une a todos los mexicanos, incluso a los más radicales.
Es una pena que la materia que inculca civismo haya sido eliminada. Y más pena da el deficiente nivel de aprendizaje que manifiestan los niños y jóvenes, que nacieron y viven en algunos estados donde la CNTE ha impuesto lo que se les da la gana. En coincidencia; es en esos estados donde el interés para invertir de las grandes empresas nacionales y extranjeras es nulo; con la consecuencia negativa de generación de empleos formales.
Y más pena es la que están dando algunos legisladores de MORENA; quienes no terminan por entender son ¡YA! gobierno. Vaya ridículo que hicieron al tomar la tribuna del Palacio Legislativo, igual lo hacían siendo oposición. Eso demuestra que muchos de ellos son unos ignorantes, incapaces de lograr acuerdos en las coincidencias. Dios nos guarde de semejante mayoría, la que probablemente (como los burros ciegos) darán dos pasos para adelante y cuatro para atrás.
Corregir es de sabios. Frase que no sé quien la habrá acuñado pero… Ojala y Martí Batres Guadarrama, siendo uno de los políticos más congruentes en pensar y actuar (quizás menos que Ricardo Monreal Ávila), deje de intentar engañar a los millones de ingenuos que creyeron (y aún creen) en los Reyes Magos.
Muchos que circunstancialmente hemos mirado en la TV a Ricardo Monreal Ávila llegar a su chamba montado en una bici sin casco protector, estamos esperando se le aplique el correctivo por faltar a la normatividad que rige en la CDMX. Desde luego es una utopía pensar se le aplicará la multa correspondiente. Utopía igual que AMLO cumpla como presidente en funciones, siquiera la mitad de lo que prometió a diestra y siniestra, para lograr los millones de votos que los inconformes le otorgaron.
En lo personal; ojalá y muchos de los actos de gobierno que su investidura y posición le permiten, sean en realidad para el bienestar y progreso de los mexicanos. Como dijo el ciego: habrá que mirarlo.