Los tucanes de las Lomas
El otro día le preguntamos a los amigos del Partido Verde en qué gastan el dinero que les otorga el Estado. Tardos y perezosos nos contestaron que de 2011 a la fecha han desembolsado 228.7 millones de pesos. Las facturas emitidas desde Loma Bonita 18, colonia Lomas Altas, en la Ciudad de México, donde se encuenta la sede de su Comité Ejecutivo Nacional, han beneficiado a publicistas, consultores políticos, dueños de hoteles, aerolíneas, restaurantes, empresas de seguridad privada, negocios automotrices, compañías de telefonía celular y bufetes jurídicos, principalmente. Y es que el estilo de vida de Los tucanes de las Lomas dista mucho de la imagen que tenemos de los ambientalistas que andan en las selvas estudiando la flora y la fauna; tampoco se asemeja a la estampa de los científicos que analizan el cambio climático para proponer planes de solución. Nuestros verdes han ganado fama de aprovechadores de los recursos presupuestales que brinda la política mexicana. Por eso lo mismo se alían con el PAN, para llevar a Chente Fox a la silla grande, que con el PRI, para alzarle la mano a Kike Peña. Ellos dicen que el 70 por ciento de la legislación ambiental que existe en México ha sido impulsada por ellos. Igual y sí, mas no se les ve defendiendo con énfasis la extinción de especies como la vaquita marina, o exigiendo un freno a las compañías hoteleras que están devastando nuestras costas. Los amigos verdes podrían preguntarle a la gente qué fama tienen, y cuestionarse si merecen esos epítetos. Por lo pronto, gastan, gastan y gastan en bienes y servicios superfluos, mientras la agenda ambientalista carece de líderes. Ya lo decía el contador: dime en qué gastas y te diré quién eres.