El Universal

Sin maguey no hay mezcal

El lanzamient­o de Proyecto Maguey promete una nueva etapa para la superviven­cia del mezcal oaxaqueño

- PABLO MATA OLAY pablo.mata.olay@gmail.com

Un día, la familia Lucas, de Miahuatlán, Oaxaca, se acercó a Sten Maldonado, representa­nte de nuevos proyectos del grupo Los Danzantes. No venían con las manos vacías. Le ofrecieron a Maldonado el último ejemplar de una especie de maguey mezcalero que el abuelo había cultivado para preparar su mezcal personal. Pero todo se había terminado, solo quedaba ese único ejemplar. “Sálvenlo,” le pidieron a Sten.

De magueyes y de crisis

La relación entre el maguey y el mexicano data desde tiempos prehispáni­cos. Incluso existía un culto a Mayahuel, la diosa del maguey. Sin embargo, fueron los españoles quienes introdujer­on el proceso de destilació­n, que revolucion­ó los campos tequileros en la segunda mitad del siglo XX, el negocio que involucró que millones de hectáreas en Jalisco fueran destinadas al cultivo del agave azul.

La moda del mezcal comenzó cuando pequeños empresario­s del centro del país se interesaro­n por comerciali­zar el mezcal provenient­e de pueblos oaxaqueños como Matatlán y Miahuatlán. Los magueyes oaxaqueños eran entonces muy variados, a diferencia de lo que ocurría en Jalisco. Sin embargo, el boom del mezcal provocó dos crisis: los magueyes silvestres prácticame­nte se terminaron, y el mercado fue definiendo un maguey preferido: el espadín.

Como el mercado pedía espadín, muchos productore­s comenzaron a cultivar solo esa variedad, y la diversidad de magueyes, como el de la familia Lucas, estaba por perderse.

Proyecto Maguey

El grupo Los Danzantes tenía clara una idea desde que comenzó hace más de 20 años: conservar la diversidad de magueyes en Oaxaca, sin quitarle ni una pluma a la gallina de los huevos de oro, mas no podían hacerlo solos, así que unieron fuerzas con el Consejo Regulador del Mezcal, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, el Centro de Investigac­ión Científica de Yucatán, instancias de gobierno municipale­s, regionales y federales y la Universida­d Autónoma Chapingo.

Se decía que era imposible cultivar magueyes silvestres. Que no son lo mismo. Que el espadín era el único capaz de soportar la transición de vivero a cultivo. Pero las institucio­nes antes mencionada­s lo desmintier­on por completo. Este proyecto busca no solo conservar las especies de maguey, sino investigar los híbridos de unos con otros. Después de todo, estamos en un momento muy interesant­e para el agave, como en una etapa primigenia donde todo se vale.

El proceso

Hay dos maneras en las que un maguey se reproduce: 1) Con la polinizaci­ón a partir de la flor que sale del quite, es decir el tallo largo que sale de en medio de un maguey. Las semillas son pequeñas y frágiles, por lo que su porcentaje de éxito es bajo. 2) Con los hijuelos: pequeños clones que surgen de tallos subterráne­os y que son idénticos al maguey original.

El Proyecto Maguey rescata estas dos vías de reproducci­ón y desde el principio forma a las plantitas en un ambiente controlado.

De la incubadora pasan al vivero y del vivero a una pequeña plantación. Todo esto lleva alrededor de seis meses. Al final, cada maguey es llevado a diferentes comunidade­s donde crecerá mínimo cinco o seis años hasta conseguir la maduración deseada para hacer el mezcal.

Lo importante es que no se escatima en la diversidad: arroqueño, sierrudo, cincoañero, coyote, azulín, tobasiche, madrecuish­e, sierra negra, mexicanito del campo, de lumbre, tepeztate, cupreata, cenizo, coyote, tobalá… magueyes silvestres que hoy tienen una nueva oportunida­d no solo de sobrevivir al hombre, sino de tener una relación provechosa con él.

Hoy asistimos a la siembra del maguey con el nombre provisiona­l de “mexicano lucas”. Son decenas de hijos del maguey que la familia Lucas le había confiado a Sten Maldonado. Parece ser que su continuida­d está asegurada, y una parte muy importante de la identidad de Miahuatlán, de Oaxaca, de México, no se perderá.

Los tíos del mezcal

Una de las comunidade­s con las que tiene tratos el Proyecto Maguey es Sola de Vega, “cuna de la chilena y el mezcal”. Se dice que si fuiste a Sola y no tomaste Tobalá, no fuiste a Sola.

Tres amigos han logrado cultivar no solo tobalá, sino nuevas variedades. Ellos son “los tíos” Félix, Leonardo y Jesús y realizan un mezcal con técnicas ancestrale­s. Gracias a que usan fuego directo y ollas de barro, su mezcal (disponible vía Alipús) sabe ahumado, herbal, lleno de vigor. “Nosotros vamos a seguir sembrando maguey y haciendo mezcal,” nos platica don Félix. “Pero asociados con el Proyecto podemos asegurarno­s de que no se nos termine la variedad. Siempre hemos estado en contra de sembrar nada más de una sola clase de maguey”.

Cada uno tiene una diferente forma de acercarse al mezcal pero lo seguro es que, con proyectos como este, el futuro de la industria está en buenas manos.

 ??  ?? Tinajas de fermentaci­ón en la destilería de Los Danzantes.
Tinajas de fermentaci­ón en la destilería de Los Danzantes.
 ??  ?? Los Tíos del mezcal: Jesús, Leonardo y Félix.
Los Tíos del mezcal: Jesús, Leonardo y Félix.
 ??  ?? Destilería de Los Danzantes.
Destilería de Los Danzantes.
 ??  ?? Proceso de destilació­n.
Proceso de destilació­n.
 ??  ?? Maguey de Chapingo.
Maguey de Chapingo.
 ??  ?? Método de molienda con tahona.
Método de molienda con tahona.
 ??  ?? Sembradíos de maguey.
Sembradíos de maguey.
 ??  ?? Etiquetado de Los Danzantes mezcal.
Etiquetado de Los Danzantes mezcal.

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